La afirmación "se pudo satisfacer todas las necesidades demandadas por los vecinos; la prueba es que no hubo más reclamos al respecto (de la movida nocturna en torno al boliche Quinoto)", expresada días atrás a EL DIARIO por el jefe de Seguridad Ciudadana, Fabián Pastorak, despertó un airado reclamo de vecinos del barrio Golf de Villa Nueva.
"La única razón por la que no tuvieron más reclamos de nuestra parte (más allá de que ya estamos agotados de hacerlos) es porque la única respuesta que conseguimos, tanto de Pastorak, como de los integrantes del Concejo Deliberante fue que la única solución era esperar a la recolección de firmas anuales, la cual requiere que el 70% de los vecinos dentro de un radio de 150 metros den el consentimiento para que funcione este boliche. Aún estamos esperando que se realice", manifestaron los frentistas Claudia Eusebio y Martín Gomenzoro.
"Lo triste de todo esto es que desde octubre de 2010 estamos pidiendo soluciones, presentamos carta al intendente y al Concejo Deliberante con un aval de 50 firmas de vecinos del barrio pidiendo el cierre de Quinoto. La única respuesta que obtuvimos es que no queda otra que esperar la recolección anual de firmas que debe hacer la Municipalidad (esta respuesta fue dada por el Concejo Deliberante. Nunca tuvimos respuesta del intendente), la que, reitero, aún estamos esperando", insistieron Eusebio y Gomenzoro.

Un lugar problemático

“Muchos son los problemas que sufrimos los vecinos de las cercanías de Quinoto”, aseguran los habitantes del barrio Golf.
Entre los dilemas con los que cada semana deben lidiar, Claudia y Martín enumeran “basura en las calles (sobre todo vasos plásticos y botellas)”, “el altísimo ruido de la música que no permite que ni nosotros ni nuestros hijos podamos conciliar el sueño en la madrugada del único día en que no debemos trabajar”, “los gritos de todos los que asisten al lugar después que el mismo cierra (hasta aproximadamente las siete de la mañana)” y “los vehículos que se estacionan sobre nuestras veredas y en las entradas a las propiedades del sector (rogamos que nunca debamos salir de urgencia con nuestro auto porque no podríamos)”.
Por otra parte, los denunciantes recordaron que Pastorak les había dicho que iba a exigirle al propietario del local bailable, la disposición de personal de seguridad para controlar el sector externo del boliche villanovense.
El jefe de Seguridad Ciudadana habría comentado también que agentes de su repartición se harían cargo de controlar el tráfico vehicular en el horario de cierre del espacio de diversión.
"Todo esto que Pastorak nos dijo, pude comprobar el pasado sábado que no es verdad, cuando me desperté a las cuatro de la mañana del domingo y me encontré con varios vehículos estacionados sobre mi césped, en mi vereda y varios autos en el terreno que colinda con mi propiedad", enfatizó Gomenzoro.
"Ante esta situación, llamé al número de celular de Seguridad Ciudadana que Pastorak nos dio en caso de problemas como este. Así constaté que no había personal cerca de Quinoto, ya que los agentes arribaron a los quince minutos de mi llamado en un móvil", relató el hombre.
"Pero aquí no termina todo, lo que hicieron fue recorrer un poco el lugar y luego se fueron, por lo que los volví a llamar para saber por qué los vehículos seguían en mi vereda y la respuesta dejó mucho que desear: "... Ya estuvimos allí, pero el vehículo no obstruye el tráfico, así que nos fuimos ...". No fue de lo más agradable mi reacción, y luego de discutir un rato me dijeron que ya volvían para el lugar. Obviamente, aún los estoy esperando. Minutos más tarde, observé gente orinando sobre el alambrado de mi propiedad", completó el frentista.
"¿Es tan difícil hacer cumplir una ordenanza municipal para dejar conforme a los vecinos?, porque aparentemente es más fácil decir en los medios que ya no tienen problemas con los boliches y que la prueba es que no hay más quejas, como dijo Pastorak. No es que no haya quejas, sino que ante todos los esfuerzos realizados, aún hoy, nadie nos ha escuchado", concluyeron.