Una sucesión de episodios, aparentemente relacionados y que bien podrían formar parte de una película policial se sucedieron entre la madrugada y el mediodía de la víspera en dos barrios de esta ciudad y tuvo como protagonistas a dos familias que se conocen entre sí pero que, evidentemente, no se llevan muy bien.

@Más de
4 mil pesos

Todo comenzó con un robo, perpetrado en perjuicio de una vecina de barrio Nicolás Avellaneda, quien denunció que los amigos de lo ajeno ingresaron a su casa mientras ella no estaba y le sustrajeron 4.200 pesos en efectivo, un par de zapatillas y una radio, según informó la Policía, y que la damnificada denunció alrededor de las 9.30.

@Disparos
en la pared

Pasadas las 11, otra vecina, en este caso de barrio San Martín, denunció que estaba en su casa cuando escuchó el inconfundible sonido de disparos, provenientes del exterior, muy cerca de ella.
Al salir a la calle, comprobó que, efectivamente, alguien había disparado contra la fachada de su casa. Municiones de plomo estaban incrustadas en el revoque.
Según informó la Policía, sería el hijo de la mujer damnificada por los ladrones en barrio Nicolás Avellaneda quien habría efectuado los disparos en cuestión.
Tal parece, por otra parte, que “el hombre del rifle” dejó abandonado en el lugar de los tiros el vehículo en que se conducía, un Ford Curier, el cual fue secuestrado por los uniformados y llevado a la Comisaría. Aunque no existe información oficial al respecto, trascendió que este “tirador” podría tener algún parentesco con los dos heridos de bala que ingresaron el pasado martes al mediodía en el Hospital Pasteur.
No hay detenidos por ninguno de los dos hechos, a pesar de que estarían identificados los protagonistas.
Aparentemente, se está haciendo costumbre en la ciudad el western spaguetti.