Con los ladrilleros
Paradójicamente, los dueños originarios de la tierra americana, los descendientes de los incas, los quechuas, andan hoy por esta "Pachamama" villamariense expulsados y con el nombre de "inmigrantes bolivianos", "nacionalizados", reclamando a quien los quiera oír para que los capitalistas inmobiliarios locales, descendientes ideológicamente de los invasores, no los echen del último lugar que les han dejado para trabajar honradamente y "seguir siendo".
Parece que el humo de los hornos de ladrillo de las cuatro familias quechuas que viven con sus niños enfrente del barrio privado "La Negrita", molesta aún más que el que provoca la empresa norteamericana "Innviron" en el basural, y por eso los "paisanos", llamados preferentemente "bolitas" por los racistas, deben irse sin miramientos, si es posible sin indemnización alguna (a pesar de que les corresponde) y a riesgo de que les pasen por encima con las topadoras, aunque no tengan ya adónde. Deben dejar su lugar a una empresa que encima, casi como una burla, organizó una reunión de futuros adquirentes en presencia de las familias quechuas, en el fondo de sus humildes casitas y al lado de sus gallinas y perros.
Este caso, de público conocimiento a través de la prensa, en el que particularmente están involucrados los derechos de los pueblos indígenas es una prueba para las autoridades de Villa María y del país. Es inaceptable hoy para la conciencia que alguien pueda comprar o vender tierra (para el fin que sea) con aborígenes adentro, sin atender antes su situación humana, como si fueran parte del paisaje. ¿Nadie se percató antes del conflicto ni el Estado ni los interesados en esos lotes que allí vive y trabaja gente que tiene derechos?
Si las cuatro familias quechuas no hubiesen protestado valientemente, ya estarían en la calle.
Mal que les pese a los poderosos que fomentan la xenofobia, desde 2004, por efecto de la movilización popular, el poder tuvo que reconocer por Ley nacional 25.871 en su artículo 4° que: "El derecho a la migración es esencial e inalienable de la persona y la República Argentina lo garantiza sobre la base de los principios de igualdad y universalidad". Esto también va para aquel mini empresario funcional a los poderosos que, sin analizar las causas profundas de los problemas sociales estructurales, repitió por los medios (al estilo Macri) la mentira de que los bolivianos vienen a quitarnos trabajo a los argentinos. Curiosamente, el comentario segregante viene de un sector económico criollo que, con menos impunidad que los grandes, suele emplear a los "indocumentados" bolivianos en negro y por monedas en hornos ladrilleros y quintas.
El Gobierno tiene la oportunidad de demostrar que alienta el trabajo y la producción, porque aquí se está por dejar sin su medio de vida a cuatro familias de microemprendedores, con lo cual se estarían violando todos los convenios internacionales firmados por Argentina (entre ellos el Convenio 169 de la OIT sobre poblaciones indígenas y tribales), que desde 1994 tienen rango constitucional.
Hay una arista discriminante que preocupa sobremanera. El fantasma de los recientes intentos criminales de desalojo de la comunidad Quom (toba) "La Primavera" de Formosa y de los quechuas bolivianos de Bell Ville por la codicia de un puñado de inversores, sobrevuela Villa María. Lo mejor de la sociedad no debe permitir que se pose en nuestra ciudad.
Nos ponemos a disposición de esas familias de trabajadores y trabajadoras quechuas y acompañamos lo que las mismas decidan para la defensa de sus derechos, ante el INADI y frente a quien corresponda, y exigimos a las autoridades que se garantice el derecho a la tierra y la vivienda y la continuidad laboral de las mismas.
"Movimiento Proyecto Sur" de Villa María
Agradecimiento
Señor director:
Me dirijo a usted a los fines de solicitarle publique lo siguiente, ya que todos los días deberíamos resaltar las acciones buenas de las personas.
En el mes de diciembre sufrí la pérdida de mi padre, pero no quería dejar pasar la oportunidad para realizar un profundo agradecimiento a todos los que me ayudaron en tan doloroso momento.
A los amigos, colegas y compañeros, al doctor Fernando Salvatori -de Oliva- a todo el personal de la Clínica de Especialidades de esta ciudad: enfermeros, médicos, otros profesionales y fundamentalmente quiero destacar la profesionalidad, la humanidad y calidez puesta de manifiesto por la doctora Mildren Del Sueldo, el doctor Pedro Bellotti, el jefe de Terapia Intensiva y el doctor Guillermo Abramián.
A todos, una vez más, gracias...
¡¡¡Gracias!!!
Licenciada Susana Bianco
DNI 4533617
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