Con nombre y apellido de los propietarios de las principales farmacias de la ciudad, poniendo especial énfasis en el titular de la Cámara, Julio Domínguez, se distribuyeron folletos en la ciudad cuestionando a los farmacéuticos “por explotación laboral”.
Los volantes llevan la firma de “trabajadores de farmacias en lucha”, pero, según afirmó Domínguez a EL DIARIO, el secretario Adjunto del sindicato que nuclea a los empleados del sector a nivel provincial, el villamariense Juan Villagra, admitió la autoría del folleto.
“Esto pone mal no sólo a las personas mencionadas sino a las familias, porque a nadie le gusta que le digan ‘cómplice y socio de la explotación de los trabajadores’, como indica el volante”, dijo Domínguez a EL DIARIO.
Este es el segundo capítulo público en el conflicto entre propietarios y trabajadores de farmacias, dado que en el anterior realizaron pintadas en los frentes de los comercios y en los domicilios particulares de los propietarios, motivo por el cual hasta el secretario General del gremio estuvo detenido.

El conflicto

La puja por el salario es el principal motivo de conflicto entre ambos sectores.
Desde diciembre de 2010, el gremio solicita un bono adicional por 500 pesos, para hacer frente en ese momento a los gastos de fin de año.
El requerimiento no fue escuchado por la Cámara, que realizó una contrapropuesta ofreciendo 400 pesos a manera de adelanto de futuros aumentos, lo que fue rechazado por el sindicato.
Cabe señalar que el propio Domínguez reconoció, cuando disputaban renta con los laboratorios, que los salarios de los trabajadores eran bajos.
Así las cosas, el diálogo quedó estancado en las audiencias del Ministerio de Trabajo y se espera que para marzo, cuando se abran las paritarias, se reanuden las conversaciones.
En ese sentido, Domínguez no es muy optimista.
“Los farmacéuticos tenemos un tope en nuestras ganancias porque no podemos vender más caro los medicamentos. Si pensamos que los aumentos que se vienen en los remedios van a estar en un 16% y como contrapartida el aumento salarial que están pidiendo la mayoría de los gremios, es claro que no podemos otorgarlo”, dijo Domínguez.
Agrega que, a su criterio “los escraches que se realizan con diferentes modalidades en toda la provincia, no ayudan a generar un espacio de diálogo, sino por el contrario, predisponen a un ánimo negativo”, dijo.
Acto seguido, lanzó un pronóstico nada alentador. “Si no podemos pagar, se va a tener que recurrir a reducción de personal. Temo que haya despidos masivos o ajuste de las horas trabajadas. No sé, pero la situación es crítica para todos”, concluyó.