Escribe: Gustavo Ferradans
(De nuestra redacción)
La elección de Mar de Plata como sede de la final de Copa Davis ya generó un escándalo. En el medio quedan expuestos intereses políticos y económicos.
Córdoba quedó relegada, a pesar de tener un escenario con mayor capacidad, de ser el lugar elegido por la mayoría del equipo argentino (salvo Del Potro), de tener la altura necesaria para incomodar a Nadal y cía (el número 1 del mundo vive en la Isla de Mallorca, casi sobre el nivel del mar) y el trabajo anticipado de dirigentes y empresarios que hacía alrededor de tres meses venían realizando gestiones para que Córdoba fuera la elegida.
La visita de la representante de la ITF Justine Albert que inspeccionó tanto el Superdomo Orfeo como el Polideportivo Islas Malvinas, comentan que dejó objeciones por igual para un escenario y otro.
Lo vergonzoso y lo polémico no lo generó la elección de un escenario con menor capacidad de espectadores, ni los oídos sordos al pedido de los jugadores de jugar en Córdoba.
La polémica la genera la misma ITF anunciando su decisión, apenas horas después que los sponsors manifestaran su desaprobación para que se juegue en el Orfeo.
No deja de provocar un lógico fastidio mediterráneo que los principales medios nacionales de comunicación hicieran lobby por Mar del Plata.
El dueño del Orfeo Euclides Bugliotti prefirió bajar los decibeles de la polémica y manifestó sentirse un buen perdedor y justificó la decisión por el congestionamiento de tránsito que tiene Córdoba. A pesar que hizo algunas sugerencias, al respecto, al gobernador, como “hacer circular un día las patentes pares y otro a las impares. Pero me respondió con un no, porque iban a matarnos a todos”.
Mientras desde las radios, la TV y algunas páginas de Internet se expandía la noticia de la elección de Mar del Plata, en Villa María el Gobernador Schiaretti, no se daba por enterado y seguía postulando a Córdoba, elogiando las ventajas que le daría a la provincia.
Pero horas después de conocida la información, el mismo mandatario señaló que “la única explicación lógica es que la Federación Internacional favoreció los intereses deportivos de España porque Rafael Nadal no quiere jugar en altura. La AAT deberá dar explicaciones al respecto”.
En el medio de esta polémica quedan algunos trascendidos no oficializados, pero que darían “rojos de vergüenza a más de cuatro”.
¿Será cierto que provocó algunas molestias en la ITF, en la forma que se pretendían repartir las entradas en Córdoba, incluidas las de “protocolo” que superaban ampliamente lo lógico?.
¿Será verdad que mientras Schiaretti, empresarios y dirigentes cordobeses hacían gestiones para adaptar el Orfeo a lo que pretendía la ITF; el gobernador bonaerense Daniel Scioli se reunía con los auspiciantes de la Copa?.
¿Cuánto pesó la mayor cercanía con la presidenta Cristina Fernández y la mejor imagen que tiene Scioli, en comparación con el gobernador cordobés?.
No deja de ser llamativo el trascendido que señalaba que la cadena NH también habría hecho gestiones ya que tiene previsto inaugurar el renovado Hotel Provincial en Mar del Plata.
Esta determinación provocó que salieran nuevamente a la palestra las eternas cuestiones del centralismo porteño.
La decisión de la ITF dejó atrás esta historia de idas y vueltas esta disyuntiva entre alfajores cordobeses o marplatenses, entre las sierras y el mar; pero dejó más evidente que nunca que la política va de la mano del deporte y los intereses económicos juegan también un rol preponderante.
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|