La semana que viene estiman que se firmará el acuerdo con el Gobierno fijando el precio de la leche en un litro. Sin embargo, las industrias insisten en que ese precio es imposible de pagar.
La situación es definida por todos los sectores consultados como “muy crítica”, dado que todavía no surge claramente el mecanismo para que el productor tenga rentabilidad, el industrial que procesa la leche pueda ganar y mantenerse y cerrando el círculo “virtuoso”, el consumidor pueda acceder a los lácteos, un alimento básico.
Juan Melchor Trossero, presidente de la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec) confía en que la salida va a surgir y que a más tardar la semana próxima, van a estar firmando el acuerdo con el Gobierno.
“Lo cierto es que hoy, los productores entregan la leche y no saben cuánto van a cobrar. Yo represento a los productores y necesitamos una certeza para seguir adelante”, afirmó.
Caprolec, junto a las cámaras de Santa Fe y La Pampa, firmaron el 2 de julio de este año un acuerdo que establecía un sistema de subsidios. Con prórrogas incluidas, expiró el 30 de setiembre por lo que hasta hoy, persiste el vacío legal.
Los firmantes fueron cuestionados por haber cerrado un trato con el Gobierno en el medio del conflicto, lo que distanció a esas cámaras del resto de las organizaciones.
Ante esta situación y fuera de la Comisión de Enlace y la Mesa Nacional de Lechería, los distintos sectores en pugna procuran establecer las bases para otro acuerdo.
El nivel de diálogo entre los actores del conflicto no es el óptimo, por lo que industriales y productores se cruzan cuando van de un despacho a otro explicando los fundamentos que los asisten.
Así las cosas, parece que día a día se complica la actividad lechera y a lo que se suma la casi nula exportación por restricciones del Gobierno y por la reducción del mercado y los precios, como consecuencia de la crisis de Estados Unidos.
En definitiva, un cóctel poco saludable para desarrollar la producción.