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La carencia de agua fue solucionada con la instalación de un molino a viento |
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La comunidad aborigen pomis jiwet, de la etnia chorote, agradeció el apoyo que se viene brindando desde nuestra región y alentó a continuar colaborando con las ocho familias que la componen y que están radicadas cerca de Santa Victoria Este, Salta.
En especial, Alejandro Díaz, uno de los miembros de dicha comunidad, hizo un especial reconocimiento a personas de nuestra ciudad que tuvieron atenciones hacia su madre, Eugenia Rojas, de 71 años, quien recibió atención médica gratuita y tramitó su jubilación en la sede local de la ANSES.
El médico Daniel Villarroel, en la Asistencia Pública y luego en su consultorio particular, le realizó un examen general a Eugenia y le dio medicamentos. Por su parte, la óptica Gabriela Ugo regaló seis pares de lentes de sol e hizo descuentos en cristales para doña Eugenia.
Alejandro Díaz dijo que la presencia de médicos en Santa Victoria Este no es permanente y que cuando concurren profesionales están excedidos por la demanda. Asimismo, comentó que la jubilación de su madre se tramitó acá porque el trámite "es más rápido que en mi provincia".
Su madre cobró ayer el primer haber jubilatorio en nuestra ciudad y vino a tramitar el cambio de sede bancaria a Tartagal, cerca de donde reside.
Del mismo modo, Díaz agradeció a la familia Valvasori, por haberlos acompañado en su visita a nuestra ciudad y también a EL DIARIO y a Néstor Gea y Tito Godoy.
La comunidad pomis jiwet (lugar de los tambores) está conformada por ocho familias, que totalizan 36 personas, y que residen en el monte próximo a Santa Victoria Este.
Alejandro, hermano de la artista Fidelina Díaz que estuvo radicada tiempo atrás en Villa María, dijo a nuestro cronista que "con la ayuda que hemos recibido de Organizaciones No Gubernamentales de Las Varillas y de Villa María nuestra comunidad ha cambiado. Ahora contamos con un molino para extraer agua potable y, en lugar de las casitas de caña, tenemos casas de adobe. Ha mejorado nuestra calidad de vida".
Antes de instalarse el molino la Municipalidad de Santa Victoria llevaba periódicamente agua y la cargaba en varias cisternas. El líquido elemento no sólo sirve para el consumo humano, sino para el cultivo de la huerta.
Díaz es maestro bilingüe y ahora lucha por conseguir un anexo escolar para los niños pomis jiwet. "Ahora concurren a una escuela que está muy lejos de sus casas y, cuando llegan, la mayor parte de la comida ya se la dieron a los chicos que viven más cerca", explicó.
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