La Escuela Especial Pablo Sexto, anexo IDA (Instituto de Discapacitados Auditivos) quedó en el medio de la puja política existente en los últimos años entre los gobiernos municipal y provincial, aunque oficialmente nadie dijo palabra.
Según pudo conocer EL DIARIO, alrededor de cinco docentes abandonaron hace unos días la institución educativa situada en el Parque Pereyra y Domínguez aparentemente con marcado malestar, haciendo hincapié en las condiciones edilicias en que funciona el establecimiento. Quedó, así, sólo el personal municipal, compuesto por dos docentes y otros empleados que cumplen otras funciones.
De acuerdo a los datos recogidos por este matutino, los trabajadores están molestos por la falta de cumplimiento de las obligaciones que le corresponden tanto a la órbita provincial como municipal. De un lado, dicen que la comuna no mantiene como debería al edificio. Del otro, que la provincia nombró a profesores en cargos titulares a paso lento.

Qué dice la directora

Consultada por EL DIARIO, la directora, María José Villarreal, fue cauta a la hora de hablar y advirtió que sólo podía hacer declaraciones “respecto a lo que del municipio depende”.
“El edificio está en refacciones y los albañiles están trabajando”, señaló.
“Había algunas cuestiones en el techo que se están solucionando. Existían placas de durlock humedecidas pero todo está encaminándose, eran cuestiones menores y lo digo con fundamentos, en base a informes de arquitectos”, aseguró la funcionaria.
Al preguntarle si no peligraba el comienzo de clases, fue contundente: : “No, no está en peligro”.
Cuando se le interrogó sobre la salida de docentes nombrados por la provincia, Villarreal prefirió no hablar del tema “porque no me compete, yo respondo desde la órbita municipal”, recalcando que existen obras de refacción.