ENTRE TANTAS MALAS NUEVAS
Podrán tomar parte de nuestro trabajo, de nuestras elecciones,
de nuestra vestimenta, y alimento, hasta de nuestras ideas,
pero nunca tomarán los sentimientos y nuestra feliz existencia,
tampoco nuestras fuerzas de lucha y superación,
instinto humano de desarrollo y protección.
Podrán tomar nuestros proyectos y oscurecer nuestro horizonte
a salvo está el sol que no podrán tomar,
porque a su fuego no podrán desafiar
como tampoco podrán quitar, toda esperanza de amar.
Hombres errantes e insensatos, mal llamados caballeros,
siendo que el verdadero de ellos
es quien, por un ideal, no faltándole a la verdad y sinceridad,
monta su caballo tanto al sol como bajo la tormenta,
no aquel quien desde una ventana la contempla.
Podrán hoy adueñarse de nuestra riqueza,
también de nuestras ganas de apostar y deseos de triunfar,
pero aún en tiempos de pobreza
cuando se avecine la tristeza,
con el honor y valentía de los verdaderos caballeros
la esperanza de buenos tiempos abrazaremos.
Esperanza que se alimenta
de algo tan deseado como la misma vida,
más importante que el poder y el mismo capital,
algo incomparable e imposible de reemplazar,
algo de lo que nadie se puede adueñar, ni robar,
algo que no está sometido a ley, ni proceso,
algo tan propio que lo llevamos dentro
a todo lugar y en cada encuentro,
algo tan indomable, que da su espalda al tiempo
y traspasa los fríos limites del mundo en su espacio.
Es algo tan simple que no guarda secretos,
y permanece al margen de toda regla,
entre tantas malas nuevas,
está el AMOR que a salvo, siempre nos queda.
Otras notas de la seccion El Diario Cultura
La literatura cordobesa está de luto
Viaje al país de la percepción
Casa de tolerancia, "pupilas" y etiquetamiento
Un siglo de cultura en la misma esquina
Surgimiento del municipio local
|