La inquietud la planteó de entrada un grupo de vecinos que no estaba convencido de que el funcionamiento de la planta fuera tan inocuo. Y un grupo de investigadores del Observatorio Ambiental y Epidemiológico del Conicet decidió verificar las condiciones sanitarias a través de una encuesta de salud que relevó 300 casos en Morrison.
Si bien los resultados del estudio aún no están procesados, porque fue realizado en diciembre último, ya hay conclusiones preliminares que preocupan. Así lo sostiene el médico Gustavo Calzolari (integra el colectivo de Médicos de Pueblos Fumigados), quien asegura “se detectaron problemas de malformaciones y de cáncer en la zona cercana a la planta”. “No es que todo lo que hemos detectado haya que adjudicárselo a esta planta, pero lo que hace es agravar el problema porque genera un gran movimiento de carga, descarga y almacenaje de granos y agroquímicos”, dijo el especialista, denunciando que los vecinos están “conviviendo por tierra, aire y agua con los agrotóxicos”. Sobre el estudio de campo, aseguró que “se detectaron muchos más casos que los que se creían”, estimando que serán “muchos más, porque los efectos serán en el mediano y largo plazo”. Estimó que en los próximos meses tendrán listo el diagnóstico.
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