Asistimos muy a menudo, con impotencia y dolor a la violencia imperante en la sociedad pero, además, a la violencia entre jóvenes que desgraciadamente siempre, o casi siempre, se cobra una víctima. Más allá de las razones que mediaren y que pudieren ser valederas a la hora de un altercado.
Siempre “gana” el más fuerte o el más rápido o el más mal intencionado. Porque andar por la calle con un arma de fuego o de las otras, implícitamente conlleva violencia en su ser.
Asistimos casi impávidos a esta violencia que por darse tan a menudo, se vuelve normal. Se nos pone la piel de gallina, cerramos los ojos y exclamamos ¡Dios! pero, en eso nos quedamos. No nos preguntamos cuál ha sido la causa de semejante estado de cosas.
Otra familia sin un ser querido, la del que no está más, pero, dos son las familias rotas, quebradas para siempre, pues no sólo la familia del asesinado pierde un miembro, un joven en la plenitud de la vida, la otra también pierde, porque se necesita una relación de a dos para que haya violencia. Y van, hace semanas atrás, el joven que fue encontrado en la calle, su cuerpo era el vivo retrato de la violencia.
La Asociación Civil “Verdad real, Justicia para Todos” no puede menos que expresarse y expresar su dolor, existimos porque algún miembro de nuestra familia no está más, porque la violencia nos quitó padres, hijos, nietos, esposas, etcétera.
Sí tal vez seamos reiterativos, pero, se puede no serlo, hay que repetirlo hasta el cansancio, no serán nunca suficiente las cárceles, leyes que bajen la edad de imputabilidad, más uniformados, no creemos que esa sea la solución.
No les estamos dando nada a los jóvenes ni ejemplos, mucho menos modelos, les tronchamos los sueños, ideamos soluciones facilistas, del momento, para problemas serios, sin profundidad ni miras para el futuro.
Desgraciadamente tendremos muchos Carrizo, seamos realistas y, por ser el más reciente, nombramos a todos los que sufrieron lo mismo.
Estimado señor o señora: la violencia se ha adueñado de nuestras vidas, es ama y señora, en la casa, en la ciudad, en el país, en el mundo. Los hechos así lo demuestran. El presente ya lo estamos viviendo y el futuro se perfila más amenazador aún ¿O no?
Asociación Civil y Justicia para Todos
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