Pasadas las 2 de la madrugada, la banda decidió subir a escena para testear los instrumentos. Algunos asistentes se agolpaban sobre la barra en busca del elixir cervecero; otros buscaban sosiego recostados sobre las paredes revestidas con gigantografías de chistes de Fontanarrosa. La patria pelotera había plantado bandera por primera vez en El Varieté del Angel, el viernes pasado con una concurrencia de más de 300 personas, aunque paradójicamente sólo se vio un solo trapo colgado, con la cara de Luca. El Vuelto SA hacía su debut en Villa María tras la actuación de los locales Nauseabundos de Alegría, que no contaron el audio óptimo pero refrendaron su repertorio habitual más algunos temas nuevos.
Alejandro “el Bocha” Sokol, que había hecho la prueba de sonido a las 23, entró sigilosamente a escena (con su característica mirada extraviada), para el delirio total de los fans. Aunque ya desvinculado de Las Pelotas, exorcizó clásicos de los primeros álbumes como de "Corderos en la noche" (Muchos mitos/Veinte minutos), de "Máscaras de sal" (Orugas) y de "Amor seco" (El cazador), más el relativamente actual Si sentís de "Esperando el milagro". De Sumo, de la cual también participó ejecutando diferentes instrumentos, rescató entre otros “Debedé”. Más allá de algunos problemas con el micrófono y con un break inesperado a poco de comenzar, se vivenció un show intenso, con una indomable banda de 3 guitarras capaz de extender zapadas sobre bases pinkfloydianas o acelerar “Come together” de Los Beatles (mérito del hijo de Sokol, Ismael). J.R.S.
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