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Santa María, asesor en arte público, ingresa a la escuela junto a las docentes Manfredi y Accastello. Porta en sus manos caños como los que se colocarán en el frente del edificio - El diseño de la intervención insumió largas horas de debate |
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El artista plástico porteño Marino Santa María fue invitado por la Escuela Superior de Bellas Artes "Emiliano Gómez Clara" para asesorar en diversas intervenciones que planea realizar en la fachada de su edificio, ubicado en calle Rawson.
Santa María es especialista en el denominado "arte público", la disciplina que modifica artísticamente el paisaje urbano.
Entre otras, es el autor de la intervención de calle Lanín, en el barrio de Barracas de la Capital Federal.
En los últimos días, Santa María se reunió con docentes de la escuela local para definir el proyecto del primero de los trabajos, el cual ocupará el acceso al establecimiento.
La "Gómez Clara" tomó contacto con Santa María el año pasado, cuando una delegación visitó la calle Lanín. En los meses siguientes se enviaron desde Villa María once bocetos, uno de los cuales se tomó como base para el proyecto definitivo, que consistirá en colocar líneas de color en el frente de la escuela. Como material de soporte se utilizarán caños de plástico.
La definición del proyecto insumió varias horas de debate del personal docente con el visitante, que a la vez se comprometió a retornar a mediados de año para implementar diez murales sobre salientes del edificio. También buscará apoyos para las obras de parte de sponsors y organismos nacionales.
En diálogo con EL DIARIO Santa María diferenció el muralismo del arte público: "Un mural finalmente es algo así como un cuadro grande, mientras que el arte público incluye al espectador como parte de la obra. El público humaniza las obras de arte".
Como ejemplo emblemático de arte público citó a la calle "Caminito" de la ciudad de Buenos Aires. Es una obra de Benito Quinquela Martín, un precursor en la materia.
El arte público, también conocido como "intervenciones urbanas" produce según el experto "efectos sociales muy importantes, tales como dotar de identidad al lugar; motivar a la población a la creación artística, a la vez que generar un polo turístico". Por otra parte, destacó que "a todas las ciudades les hace falta más color. Buenos Aires por ejemplo, está llena de negro".
Santa María, ex director del Instituto Universitario Nacional de Arte, admitió que "es una situación muy difícil lograr un consenso para definir un proyecto artístico, pero debe tomarse como un ejercicio, no es algo definitivo, para toda la vida".
"Lo que mata al arte es la idea de la inmortalidad, eso de llegar al museo y quedarse para siempre", agregó.
Por otro lado, consideró que "una intervención urbana no es algo simple de concebir y lograr: como mínimo hoy cuesta 200 mil pesos acondicionar una cuadra de una calle".
Santa María es autor del cuadro del ex presidente Yrigoyen, que se situó en la Casa Rosada con motivo del Bicentenario. Sin embargo, consideró que "a esa celebración le faltó algo que perdurara, como un edificio o un barrio".
No obstante, consideró que las expresiones artísticas que se vieron para el pasado 25 de mayo en Buenos Aires, "fueron excelentes, en el nivel que el mundo de hoy pide, tanto lo hecho por Fuerza Bruta como las proyecciones sobre edificios históricos".
En ese sentido, opinó que "hoy la gente se está acostumbrando a que el Estado brinde el arte gratuitamente, como un nuevo servicio. Se asiste masivamente a los grandes conciertos, y fueron millones al festejo del Bicentenario".
"La población en general sólo acepta pagar por la formación artística, y salvo un pequeño sector, no hace lo mismo con los espectáculos, que hay que admitir que son bastante caros."
Abogó asimismo por la formación artística de los niños, "que luego, lo he comprobado, no sólo se manifiesta en la generación de artistas, sino de científicos, y en general de personas dispuestas a crear", pero advirtió que "una formación inadecuada hace perder mucho tiempo, mata la creatividad. Soy de los que creo que no es necesario aprender a dibujar antes que a pintar. El aprendizaje debe ser circular, sin ninguna preferencia para empezar".
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