Escribe Licenciada Sonia María Oddino*

Amadeo Sabattini, ministro de Gobierno y gobernador ejemplar… delantal de médico y de maestro. Su fórmula era “pan y libertad” dándole un contenido social y popular a sus ideales.
No sólo era un trabajador incansable sino que cuidó celosamente el patrimonio de la provincia cuando le tocó gobernarla. Su lema: “Uñas cortas y bolsillos flacos” se hizo realidad y demostró ampliamente que se puede gobernar, hacer efectivas importantísimas obras y, al mismo tiempo, cuidar del patrimonio y de las finanzas del Estado.
Fue gobernador de la provincia de Córdoba entre 1936 y 1940. Su Gobierno se caracterizó por haber legado importantísimas obras públicas, cantidad de escuelas y servicios de salud, que aún hoy forman parte de la riqueza material y espiritual de esta provincia.
Decía don Amadeo “…agua para el norte, caminos para el sur y escuelas en todas partes”. Sin duda es ésta la mejor síntesis de su destacado Gobierno. Concebía un proyecto de país en el que el agro, la educación y la industria serían los eslabones que tejerían las bases de un país moderno y desarrollado.
Durante la Gobernación del doctor Amadeo Sabattini se crearon en la provincia de Córdoba alrededor de 170 escuelas. Pero no es ese dato cuantitativo, precisamente, el más importante, sino que Sabattini fue un hacedor paradigmático de una nueva corriente educativa que encarnara el radicalismo, no sólo en Córdoba.
En 1918 y durante el Gobierno de Yrigoyen, se producía en la actual Universidad Nacional de Córdoba, uno de los movimientos más significativos de la Educación Superior: la Reforma Universitaria. Significó la instalación de la democracia en las instituciones universitarias encarnada en el cogobierno con la participación de los claustros -estudiantes, docentes y graduados- además del ingreso libre, la modernización de los procedimientos didácticos en las aulas, los concursos docentes, las cátedras libres y otros impactos no menos importantes. Cabe destacar que el modelo de universidad instalado a través de esta Reforma se trasladaba al país y a toda Latinoamérica.
Volviendo a los aconteceres sabattinianos, durante su Gobernación y luego durante el Gobierno de la fórmula que encarnara Santiago del Castillo y Arturo Illia (1940-1943) se desarrollan políticas educativas que denuncian una auténtica transformación de la educación y de la formación de los maestros y profesores.
Las escuelas construidas durante la Gobernación del doctor Sabattini no fueron meras paredes, eran escuelas públicas con proyectos pedagógicos y con fuertes improntas ideológicas. Una educación no dogmática y con sólidos soportes científicos, fue la concepción educativa que construyó un conjunto de visionarios radicales que dieron sustento a la educación dirigida a todos los ciudadanos de la provincia.
La concreción del nuevo escenario de la política educativa cordobesa lo constituye la formación del magisterio provincial en Instituciones que se constituyeron en verdaderos paradigmas de lo que se proponía: la Escuela Normal Superior “Dr. Agustín Garzón Agulla” en Córdoba capital y la “Escuela Normal Víctor Mercante” en la ciudad de Villa María. Ambas instituciones se corresponderían con un modelo educativo renovador que incluye laicismo y coeducación y además, se relaciona con un tipo de concepción federalista de país.
No podemos dejar de mencionar también al doctor Antonio Sobral, quien unos años antes presentara al Senado un proyecto de ley provincial que sustentaba una educación apoyada en pilares científicos, en la que el alumno se constituiría auténticamente en el centro del proceso educativo, con maestros abiertos y respetuosos del pensamiento de sus alumnos y de sus familias.
Lamentablemente poco se ha investigado y escrito alrededor de estas propuestas educativas que, en todos los casos y como ya dijimos anteriormente, fue plasmada por un grupo de jóvenes radicales deseosos de un país democráticamente progresista.
*Integrante de la Fundación Doctor Amadeo Sabattini