“Propuesta saludable”
Señor director:
Le hacemos llegar a través de esta nota la posición del bloque Democracia Cristiana respecto a la propuesta sobre el manejo comunal que los tribunos de Cuentas le realizaron al intendente Eduardo Accastello.
Villa María está viviendo por estas horas un momento histórico que no registra en los anales de la política local ningún antecedente. El planteo público de los tribunos de Cuentas José Naselli y Gustavo Maristany, invitando a un debate al señor intendente municipal Eduardo Accastello frente a todos los medios de comunicación, se convierte, sin dudas, a nuestro entender, en una de las propuestas más saludables que puede vivir cualquier democracia que se precie de tal. Es que el trabajo de contralores de los citados guardianes del erario comunal pone sobre la mesa una manera de concebir la política: la transparencia.
No se puede ignorar que en una sociedad lastimada una y otra vez por el ejercicio descontrolado del poder y el avasallamiento de las estructuras institucionales, cualquier construcción de los valores cívicos se vuelve molesta para quienes gobiernan. Y eso ha quedado expuesto en varias oportunidades, cualquier crítica o señalamiento al mandatario comunal tiene como contra respuesta la descalificación de la denuncia y negación de los hechos. Pero además, es preciso indicar que jamás un mandatario municipal gozo de tantas libertades en su accionar.
Es por eso que reconocemos de manera pública que han sido estos dos tribunos los que, cumpliendo con la tarea encomendada por gran parte de la sociedad, fueron capaces de confrontar con argumentos a la documentación oficial. El desafió ya está plasmado, ahora le toca al propio intendente demostrar a sus gobernados que sus dichos y acciones se basan en datos correctos y refutar a las objeciones de los tribunos mostrando a sus gobernados que la administración que encabeza no tiene absolutamente nada que esconder y puede justificar cada acto, entonces sí ya no le hará falta llegar a los agravios u ofensas a quienes lo auditan. No precisará de adjetivaciones injuriosas, estará en condiciones de demostrar que los villamarienses estamos frente a un Gobierno honesto y cristalino.
Así de simple.
Así de útil para fortificar la democracia demostrando que ésta es más que sacar una mayor cantidad de votos en una elección. Hoy el señor intendente tiene todas las posibilidades de hacer caer las, cada vez mayores, críticas que recibe en cuanto a la carencia de limpidez de sus actos para con los dineros colectivos. De él depende el mensaje que pretende dejar a la comunidad sobre su gestión y sobre su persona, los tribunos están dispuestos, sería altamente saludable que también se decidiera a debatir el intendente municipal. Es por eso que expresamos nuestro apoyo a la iniciativa. Claro que no olvidamos que la puerta de los sordos se puede golpear toda una vida.
Alejandro Balanza
Ricardo Pereyra
Sabattini, ejemplo de conducta
Amadeo Sabattini (1892 – 1960), fue un personaje esencial de la historia política argentina. Desde temprano tiempo hasta su muerte dedicó su vida a las dos pasiones que consumieron su existencia: la política y la medicina, ambas al servicio del pueblo. Consecuente con su vocación profesional se instaló en La Laguna, un pequeño pueblo del sur de la provincia de Córdoba. Allí, frente a la única plaza y a unos metros de la iglesia, una puerta de dos hojas con una banderola en la parte superior señalaba el acceso a su vivienda y consultorio particular. En aquel momento, las condiciones sociales y culturales de la región estaban lejos de ser satisfactorias, es por eso que su actividad trascendía la de un simple médico rural para acercarse a la de un educador moral de la población. Y en aquella localidad, Sabattini fundaría en el año 1919 la “Biblioteca Popular Esteban Echeverría”, hecho que puede considerarse su primera obra pública, donde comenzaría a hacer realidad sus sueños de justicia social, libertad y progreso.
Este es un ejemplo de ese Sabattini que nace junto al pueblo y brota precisamente de todos aquellos hombres que necesitaban a quien fuera capaz de interpretarlos y defenderlos. Frente a estas condiciones, aparece la realidad misteriosa de Sabattini. Es que había en su persona ciertas cualidades que le dieron su misteriosa vigencia, como su pobreza y su vida austera, lo cual era algo que no podía menos que seducir, como un rasgo definitorio de su personalidad. No le interesaba el dinero, como tampoco la figuración, el sensualismo del poder o el halago de la sociedad. Todos sus consejos y actitudes tenían la sinceridad de aquello que es expresión de absoluto desinterés. Y por eso la palabra “conducta” era la que estaba permanentemente en su boca, corrigiendo más con el ejemplo que con sus sanciones.
Fue un hombre humilde y sencillo, pero firme y enérgico en sus decisiones. Trabajó por los demás desde el silencio, pero eficazmente. En vez de pensar en ganar mucho dinero, su interés era curar y enseñar. Esa sería la nueva manera de hacer política, de la que todos hablaban entonces y también ahora hablan, aunque casi nadie practica.
Necesitamos de personas activas, pero fundamentalmente honestas. No las encontramos en el palabrerío de los discursos, sino en la acción misma, tal como lo hizo el Dr. Amadeo Sabattini en su tiempo, dejándonos un legado digno de imitar.
María Laura Manavella
Fundación Doctor
Amadeo Sabattini
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|