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- Pablo Ezequiel Centeno, en oportunidad del juicio abreviado en el que confesó los hechos que se le atribuían - El detenido quedó aloJjado en la Comisaría a disposición de la usticia |
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A las 3 de la madrugada de ayer falleció en el Hospital Regional Pasteur Pablo Ezequiel Centeno (19). Había ingresado al centro asistencial de la calle Mendoza media hora antes con una herida de arma blanca en el tórax. A pesar del esfuerzo realizado por los médicos fue imposible salvarle la vida.
La puñalada fue el resultado de una riña callejera mantenida en la vía pública por Centeno y otro individuo que se dio a la fuga.
Así, el fiscal de Instrucción del Tercer Turno caratuló la causa como “homicidio” e impartió las directivas para que, sin demora, se iniciara la investigación de lo ocurrido.
Horas después, efectivos de la División Investigaciones de la Departamental San Martín detuvieron a un joven a quien se le atribuye la comisión del hecho.
Se trata de Franco “Pachequito” Moreno (23).
La versión policial indica que Centeno se encontraba en su casa, en barrio San Nicolás, junto a su mujer y otra persona, cuando llegó Moreno y lo increpó, efectuándole un reclamo (no se informó de qué naturaleza), por lo que se originó una discusión.
Centeno y Moreno pronto abandonaron la vivienda y continuaron la disputa en la vereda. Allí, el segundo habría sacado el arma blanca y herido de muerte al primero, para luego darse a la fuga.
La mujer de Centeno llevó al joven herido en moto hasta el Pasteur, pero todo fue en vano.
Fue la propia pareja de la víctima quien señaló a Moreno como el autor del hecho.
Alrededor del mediodía de la víspera, el presunto matador fue detenido en la casa de su madre, ubicada en la calle Corrientes al 2800, del barrio San Martín.
Durante la aprehensión, Moreno no ofreció ningún tipo de resistencia. Tampoco fue secuestrada ningún arma en el procedimiento, indicaron fuentes de la Departamental.
Dicen en el barrio...
Aunque no fue confirmado oficialmente, fuertes rumores que hacen referencia a un “ajuste de cuentas” circulan por la populosa barriada. “Se la tenía jurada”, aseguran. Y es que, al parecer, la víctima y el presunto asesino habían tenido “negocios” juntos y habían sido cómplices en el asalto a un conocido quiosco polirubro de la ciudad.
De aquel atraco habría resultado un botín que rondaba los 20 mil pesos, indican los comentarios.
El hecho fue esclarecido y los dos ladrones atrapados. El ahora victimario debió purgar una condena en la Cárcel local y Centeno consiguió zafar.
Desde el penal, el hoy presunto homicida habría solicitado en varias oportunidades al joven fallecido que le entregara a sus familiares la parte del botín que le tocaba, pero su cómplice, que estaba en libertad, no cumplió nunca con el trato.
Así, fue pasando el tiempo y el joven encarcelado recuperó la libertad. Desde ese momento, en el reloj de Centeno había comenzado la cuenta regresiva que detuvo su marcha ayer, a las 3 de la madrugada, en el Hospital Pasteur.
Sus restos fueron velados en la sala velatoria de la Empresa Paviotti ubicada en avenida Presidente Perón y sepultados hoy, a las 10.30, en el cementerio La Piedad.
¿Quién es la víctima?
Pablo Ezequiel Centeno tenía un largo historial relacionado con la delincuencia y la Policía.
A fines de enero de 2010 el padre del muchacho, que en ese entonces tenía 18 años, denunció que su hijo había sido ferozmente golpeado por la Policía en oportunidad en que lo detuvieron, acusado de algunos robos. Incluso ofreció fotos de Pablo Centeno hospitalizado y esposado. Nunca negó los delitos que se le atribuían, pero quería dejar constancia de la golpiza.
En octubre de ese mismo año, tras haber confesado varios hechos delictivos que se le atribuían en un juicio abreviado, Pablo Centeno fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional.
De este modo, el joven ultimado ayer recibía su primera condena por lo que pudo recuperar la libertad por tratarse de un procesado primario. Entonces, Centeno dejó la cárcel luego de nueve meses.
Había cometido el primero de los hechos en diciembre de 2009, en una vivienda.
Casi dos meses después, protagonizó una seguidilla de hechos que terminaron con su detención. El raid delictivo se inició al mediodía, cuando ingresó portando un arma de fuego a un quiosco. Aquel mismo día, escaló una tapia e ingresó a un almacén. Al caer la tarde de aquella jornada, dos efectivos del CAP que patrullaban el barrio San Nicolás, vieron a Centeno corriendo por la vía pública, con lo cual se inició una corta persecución que terminó con su detención.
Se la tenían jurada
A mediados del pasado mes de enero, el joven Centeno fue protagonista de otro hecho de sangre, también en el rol de víctima, cuando dos personas en moto lo balearon en la entrepierna y debió permanecer internado por varios días en el Hospital Pasteur con pronóstico reservado.
El propio Centeno manifestó haber sido atacado mientras caminaba por la calle sin motivo aparente.
El disparo fue realizado sobre la zona anal y el proyectil quedó alojado en un testículo produciéndole una lesión gravísima.
Dos homicidios en nueve días
Cabe consignar que el sangriento episodio que le costó la vida al joven Centeno es el segundo hecho de estas características que ocurre en Villa María en los últimos nueve días.
El hecho anterior tuvo lugar en Santiago del Estero y Brandsen. En esa oportunidad, la víctima fatal fue también un joven de 19 años y encontró la muerte mediante el filo de un arma blanca.
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