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“Una de las mejores cosas que tiene mi trabajo es que puedo compartir muchas más horas con mis hijas”, indica |
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El eterno dilema de la madre joven: ¿crecer profesionalmente o pasar más tiempo con los chicos? Analía encontró la solución. Hace dos años que trabaja desde casa para una empresa ubicada a 10 mil kilómetros de distancia. Ingeniera en Sistemas de Información cumple horarios de oficina, pero a través de Internet. Cuando no están en el colegio, sus hijas Fátima (6) y Guadalupe (2) crecen jugando cerca de ella. Un equilibrio buscado. Una satisfacción hallada. Una disyuntiva resuelta.
Analía Ferrero nació en Montes de Oca, provincia de Santa Fe, pero ya se considera una hija adoptiva de Villa María. Llegó a estos pagos apenas finalizada la secundaria, para comenzar con sus estudios en la Universidad Tecnológica Nacional. Aquí se casó con su marido Roberto, aquí dio a luz a sus dos herederas y desde aquí consiguió un puesto laboral que la llena de satisfacción: es la encargada del área de desarrollo de software de una importante compañía española de marketing y formación empresarial.
“Una de las mejores cosas que tiene mi trabajo es que puedo compartir muchas más horas con mis hijas, permitiéndome desarrollarme y crecer profesionalmente al unísono. Muchas veces les ocurre a las madres que de estar tanto tiempo trabajando afuera del hogar pierden un poco el contacto con los chicos. O que si se dedican a estar cuidando la casa, dejan pasar oportunidades a nivel profesional. Yo de alguna manera pude solucionar ese dilema”, comenta esta mujer de 32 primaveras. Como trabaja conectada con el horario “Europeo”, se levanta bien temprano (debe estar frente a la computadora a las 6 de la mañana en verano y a las 5 en invierno) y así aprovecha más las jornadas. En el descanso del mediodía, retira a sus hijas del colegio y comen todos juntos. Luego de vuelta a las obligaciones hasta las tres o cuatro de la tarde, pero ahora con las niñas revoloteando alrededor.
Respecto a esa rutina, Analía observa: “Aunque a veces resulta un poco monótono estar tanto adentro de la casa, me gusta el sistema. La libertad que me da esta forma de trabajo no la cambio por nada”. A su vez, aclara que las horas sentadas en el escritorio no sólo se pagan con el sueldo, sino con el trato que recibe por parte de la empresa: “Yo subrayo permanentemente la manera con la que se manejan desde la compañía. Allá se desenvuelven con gran respeto y te valoran de tal forma profesionalmente, que da gusto. Es un aliciente importante”, recalca. Ejemplo de ello es la oportunidad que tuvo de realizar una capacitación de dos semanas en el país ibérico, de donde regresó hace pocos días.
Sobre el final de la entrevista, Analía aprovecha para destacar la cantidad de oportunidades en materia de trabajos a distancia que el mercado actual ofrece, sobre todo para aquellas mamás de una localidad “con el nivel educativo” de Villa María: “Las casas de estudio de la ciudad están al nivel de las mejores universidades del país. Eso es un punto muy importante para conseguir buenos trabajos, incluso a nivel internacional, que se están desarrollando mucho con la modalidad a distancia. Con las herramientas pedagógicas que se brindan aquí, es decididamente más fácil encontrar puestos que se adapten a las necesidades personales de cada uno”, asegura. Ella es un caso testigo.
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