El Ministerio de Educación de la provincia eliminó un requisito clave en el Programa de Inclusión, que comprende la terminalidad de la educación secundaria y formación laboral para jóvenes de 14 a 17 años.
El dato lo reveló Alejandra García, coordinadora del plan en Villa María, que funciona en el IPEM 99 Rosario Vera Peñaloza.
El año pasado, cuando se puso en marcha la iniciativa, un requisito fundamental era el de no haber estado matriculado durante 2009 ó 2010 en ningún curso del Nivel Medio. Ahora, cualquiera podrá acceder, independientemente si cursó o no en otra escuela, por lo que crece así la posibilidad de finalizar los estudios.
La propuesta está dirigida a adolescentes de entre 14 y 17 años que cuentan con la escolaridad primaria completa.
El programa dura cuatro años y comprende grupos áulicos de 25 alumnos, y se cursa de 18 a 22 horas. Consiste en la aprobación por trayectos curriculares anuales o cuatrimestrales, con acompañamientos a las trayectorias escolares y tutorías permanentes. Para no perder la regularidad, los estudiantes deben tener el 80% de asistencia a clases presenciales y el 40% de las tutoriales. El título con el que egresan es el de bachillerato orientado en Ciencias Sociales con Formación Laboral específica.
Si bien las clases de este ciclo lectivo ya empezaron, todavía están abiertas las inscripciones, resaltó García al dialogar ayer con EL DIARIO en la escuela.
“Hay un muy buen número de inscriptos, rondamos los cincuenta”, apuntó. Consultada sobre precisiones, dijo que “está quien nunca fue a la escuela, quien repitió dos o tres años el mismo curso y abandonó... existe una diversidad muy grande”.
La mayoría trabaja y hay cinco alumnas que ya son mamás, por lo que se adecuará una sala para cuidar a sus bebés.
Los estudiantes provienen de barrios Las Playas, Los Olmos, San Martín, Ameghino, o localidades como Villa Nueva y James Craik.
En el horario escolar, se les sirve la cena.
García graficó la importancia del plan ejemplificando con el caso de un chico de 12 ó 13 años, que desertaba y quedaba fuera del sistema, ya que hasta los 18 no podía ingresar a cursar en un Centro Educativo de Nivel Medio de Adultos (CENMA). “Suponemos el caso de un chico de 15 años que repite dos o tres veces primer año. No quiere entrar al ciclo común porque se ve viejito para estar con alumnos de 12o de 13 años, que son los que cursan primer año. Entonces, quedaba excluido hasta los 18 años. Este plan viene a remediar esa circunstancia”, valoró.
En este programa, se tienen en cuenta las asignaturas que el adolescente aprobó en el cursado convencional.

Las asignaturas

Consultada sobre las materias que los chicos prefieren, consideró que “en ciencias trabajan bien”.
En este programa tienen Educación Física un año, en un trayecto cuentan con Educación Artística, en otro con Formación Laboral y en el cuarto trayecto Formación para la vida y el trabajo. Existen talleres específicos, como el de plomería, por citar un ejemplo.
Esta será la última inscripción del plan, porque luego continuará la propuesta con quienes ya están anotados.
Si bien en 2010 hubo deserción, las autoridades valoran que son jóvenes que no se encontraban en el sistema, por lo que se analiza desde el dato positivo que significa sumar alumnos a la secundaria.
“El profesor tiene que ser muy hábil, porque en un curso puede tener alumnos de los cuatro trayectos y debe atenderlos a todos. Es una atención personalizada. Se tiene en cuenta el perfil del docente a la hora de tomarlo. Hay profesores que son de este barrio y conocen la problemática”, abundó.
El 1 de marzo comenzaron con clases normales quienes vienen del año anterior, mientras que los que se incorporan ahora están en actividades de adaptación y se efectúa un diagnóstico.