En nuestra edición del sábado publicamos que Enrique Hugo Nebbia y su esposa Ana María Arce habían formulado una denuncia penal en los Tribunales locales a raíz de un hecho de abuso policial que tuvo como víctima a un hijo adolescente del matrimonio.
En dicha nota EL DIARIO señaló que el menor en cuestión, llamado Leandro y de 15 años de edad, es un chico con “capacidades diferentes”, cuando en realidad debió precisarse que se trata de un jovencito con una “discapacidad oncológica”.
Enrique y Ana aclararon que dicha incapacidad lo tuvo al borde de la muerte y dejó como secuela un grave problema de visión en uno de sus ojos, circunstancia que -no obstante- no le impide concurrir al Colegio Belgrano, donde está cursando satisfactoriamente la escuela secundaria.
El asunto es que el 24 de junio pasado, cuando Leandro salía del establecimiento educativo sito en Manuel Ocampo y Lamadrid, fue maltratado por efectivos policiales, quienes bajo amenazas lo trasladaron hasta la Comisaría de Distrito sin motivos ni razón aparente.
Más allá de la precisión conceptual antes señalada, lo que se pretendió dejar en claro (y que, por cierto, así quedó plasmado) es que los policías que se excedieron en el uso de sus funciones no tuvieron ningún tipo de consideración pese a tratarse de un chico con problemas de salud.
El caso es un fiel reflejo del cuestionado proceder de algunos efectivos de la Unidad Departamental, cuyo accionar desprestigia a la institución y ensucia a otros policías que cumplen su tarea con honestidad y profesionalismo.