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La pesadilla que le tocó vivir a Lucas Basconsela comenzó el 18 de febrero pasado por la mañana, cuando fue detenido por la Policía en su casa, acusado de ser autor de "robo calificado por el uso de arma", hecho que había sido denunciado durante la tarde noche del 16 de febrero por dos menores de edad. Uno de ellos, ex cuñado del denunciado.
Dos menores de edad, uno de apellido Heredia y otro apellidado Ferreyra, fueron quienes le atribuyeron a Basconsela la comisión del ilícito ya mencionado,
Según contaron los chicos, ellos se encontraban aquella tarde del 16 de febrero pescando a orillas del Ctalamochita junto a otros cuatro amigos cuando resolvieron ir hasta un quiosco a buscar una gaseosa. Cruzaron, ambos en una bicicleta, el "puente negro" y al regresar, dijeron, fueron abordados por dos muchachos que circulaban en moto, uno de ellos armado con un revólver (señalaron a Basconsela) y mediante amenazas les sustrajeron las zapatillas, los celulares y el dinero que llevaban encima, para darse raudamente a la fuga.
Esa noche, denunciaron en la Policía lo ocurrido.
Treinta y seis horas después, Basconsela era alojado en un calabozo de la Departamental San Martín, a disposición de la Justicia.
Sus familiares nombraron a Marcelo Martín Silvano como abogado defensor y la Fiscalía de Instrucción del Primer Turno, a cargo de Félix Martínez, a la secretaria Silvia Maldonado para que avanzara en la investigación.
Por su parte, Lucas Basconsela negó el hecho, adujo que aquel día él se encontraba trabajando en una obra en construcción y manifestó que varias personas podían corroborar lo que él decía.
La investigación
Con ese cuadro de situación se inició la investigación. Los denunciantes fueron llamados a declarar nuevamente, ya no ante el sumariante policial, sino ante la secretaria del fiscal y el abogado del acusado.
En aquella oportunidad, surgieron algunos detalles contradictorios que abrieron los ojos del letrado.
Sin embargo, Heredia había marcado con pelos y señales a Basconcela como el autor material del atraco, indicando incluso que lo conocía porque había sido su cuñado.
Se dispuso entonces una rueda de reconocimiento de presos.
En esa ocasión, los dos denunciantes discreparon de plano. Mientras Heredia señaló sin dudar a Basconsela, Ferreyra, tras dudar un poco, señaló a otro de los detenidos.
También se hizo un reconocimiento del arma empleada para el asalto. Y allí también hubo disparidad a la hora de señalar el revólver.
A esta altura de la investigación ya ni el abogado del acusado ni la propia secretaria de la Fiscalía tenían dudas de que la causa contra Basconsela se caía a pedazos, porque era falsa.
Ahondaron sin embargo en la investigación hasta llegar a la conclusión de que, si había ocurrido un asalto sobre el "puente negro", el autor no era a quien tenían entre rejas.
Final zonzo y desatinado
Al parecer, lo único que era cierto en toda aquella historia, era que Heredia y Ferreyra estaban en el río. Lo demás... sencillamente, se descuidaron y alguien pasó y les birló el calzado, los teléfonos y las chirolas que tenían. Por alguna razón que tratará de determinar ahora la Justicia, bajo la que están siendo investigados por "falsa denuncia", resolvieron incriminar a Basconsela, quien pasó 20 días a la sombra sin comerla ni beberla, en este caso. Cabe consignar que el acusado está bajo libertad condicional y que, de haber prosperado la acusación, podría haber ido a parar 10 años en la cárcel.
La pena por falsa denuncia
La "falsa denuncia" es un delito que está contemplado en el Código Penal y que prevé una pena que puede ir desde un mínimo de dos meses de prisión a un máximo de un año. Y el "falso testimonio", figura que tranquilamente podría caberle a alguno de los implicados en este caso, en calidad de denunciantes, prevé una pena de hasta 10 años de prisión.
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