A menos de un mes para las elecciones internas de la Unión Cívica Radical (se vota el 10 de abril), el grupo que impulsa la candidatura de Gustavo Bustamante a la Intendencia se muestra confiado.
Miguel Veglia, uno de los popes del sector, asegura que en esta campaña siente “como si hubiera vuelto a vivir”.
“Le estoy quitando tiempo a mi trabajo profesional, que es de lo que vivo, pero encontré un grupo excepcional, con hombres como Gustavo, que se preparó para el liderazgo, y donde por primera vez me pasa que no hubo discusiones para armar la lista”, apunta.
Juan Carlos Cavigliaso, el candidato a legislador, comenta que “hay más de treinta lugares en la lista y en todos encontrarán a vecinos representativos de distintas instituciones, fundamentalmente”.
Julio Cuadros interviene para opinar que “es bueno que la gente tenga varias opciones a la hora de elegir; no hay que temerle a las internas, las diferencias no hacen daño, todo lo contrario”. Luego aclara que no ocupa lugar alguno en la lista, pero que trabaja “apoyando a los candidatos”.
Todos coinciden en que “un partido que estuvo tantos años en el poder en la provincia y en la ciudad, debe replantearse las cosas cuando la gente no lo acompaña y eso es lo que nos impulsa a querer cambiar algunas cosas en el radicalismo”.
Bustamante dice que “para conseguir los objetivos que nos hemos planteado tenemos que trabajar mucho; la estrategia es el trabajo”. Y agrega: “En el único lugar donde el éxito está antes que el trabajo, es en el diccionario”.

“Si ganamos...”

Veglia destaca la necesidad de “rescatar la ética y los valores para hacer una política diferente, que en el caso de ganar nos hará ser amplios en la convocatoria a los demás sectores”.
Definen la interna como una instancia en la que medirán fuerzas, un gran aparato, el establishment partidario “y nosotros, que tenemos otra forma, más vieja, que es la de ir a tocar timbre casa por casa”.

Obras y necesidades

Comentan que las recorridas barriales les permiten establecer que “en la ciudad no hacen falta grandes presupuestos, sino buenas intenciones, porque la gente tiene pequeños problemas como construir una habitación más para dejar de estar hacinados en una sola pieza”.
“Constatamos que hay muchos chicos en la franja que va de los 20 a los 28 años que no tienen trabajo, que necesitan orientación. Las grandes obras ya están hechas... ya es hora de dejar de desparramar cemento y comenzar a luchar por la dignidad de las personas”, sostienen.
Veglia asiente. “No se reniega de las obras. Si yo abrí la costanera y también quise techar el Anfiteatro, pero no había un peso... Nuestra administración fue la primera que tuvo una Dirección de Turismo y decían que estábamos locos. Ahora bien, el casino debe enfocarse al turismo y no como ahora que sirve para vaciar los bolsillos de los más pobres. Lo mismo que el Aeropuerto: está bien, un empresario italiano está en doce horas en Ezeiza y tarda una hora más en llegar acá para controlar su fábrica, si quisiera instalarla. Y luego se va el fin de semana para Italia. Nos va a potenciar. Pero ya está, ahora es la gente la que tiene que estar bien”.