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"Celebro que el hombre haya vuelto a vivir.”
La frase cruzó como una flecha el aire de uno de los cubículos radicales y tenía un destinatario: el ex intendente Miguel Angel Veglia. El hombre que siente que volvió a vivir al meterse de lleno en la interna de la Unión Cívica Radical apoyando la candidatura a jefe comunal del comerciante Gustavo Bustamante.

Mientras el kirchnerismo se prepara para ir el 18 de marzo a Córdoba y expresar su acompañamiento y su afecto a la presidenta Cristina, el juecismo sigue recorriendo caminos y armando su estrategia y el peronismo cordobés especula con los acontecimientos, el radicalismo está inmerso en una interna con diversos matices y trama de opereta.

En este libreto, con algunas situaciones disparatadas, el protagonismo de Veglia se ha visto acentuado a raíz de los rumores que lo vinculan a un supuesto acuerdo con el accastellismo.
Pocos creen en las brujas, pocos quieren hablar de ellas. Pero, muchos imaginan escobas voladoras y tocan madera.

No es descabellado pensar que un dirigente experimentado en el tablero político, elija sus amigos y a sus adversarios.
“Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar adonde vayas.” Es una de las premisas del libro de tácticas y estrategias militares de Sun Tzu.

Un político de fuste sabe que no sólo debe atender el ejército propio, sino conocer a fondo el del contrario.
Tanto Accastello como Veglia son buenos conocedores del “arte de la guerra”. Y son buenos conocedores del terreno en que se mueven.
Es secundario imaginar un pacto.
No hace falta un acuerdo explícito o implícito para que Accastello tenga bajo la lupa la interna radical.
Es su estrategia.
No es necesario imaginar un acuerdo para entender que Veglia intentará (como ya lo hizo en otras oportunidades) ganarle la pulseada a las estructuras.

Como dijo Miguel Olaviaga “lo peor en política es andar con fantasmas”.
El desafío es pura y exclusivamente del radicalismo y en esta batalla (si desean ser una buena opción en las elecciones municipales) tendrán que desplegar sus fuerzas con inteligencia y sin confundir al enemigo.

Con la Infantería

La Infantería es la fuerza de combate a pie. “Tenemos que usar la Infantería en esta interna, el cuerpo a cuerpo.”
Palabras de Olaviaga. Otro experto en cuestiones estratégicas.
Tanto Olaviaga, como Gustavo Lazzuri (el tercer precandidato) tienen pleno conocimiento de los entretelones de una interna partidaria.
Y están rodeados de dirigentes que llevan años transitando el campo minado de la política.

Las dos líneas, con excelente relación entre ellas, saldrán a “fidelizar los vínculos” con sus afiliados y a movilizar a los extrapartidarios.
“Queremos una interna sin agravios, con mucho respeto, una interna civilizada”, señalan en las casonas que cada una de las agrupaciones tiene abierta para esta instancia.

¿Es beneficioso para el centenario partido una interna con tres listas?
Posiblemente no, considerando que las elecciones municipales pueden estar a la vuelta de la esquina.
Una de las mayores expresiones de la democracia (las internas) a la Unión Cívica Radical puede significarle, en esta instancia, un arma de doble filo.
Las divisiones a nivel provincial, las disputas a nivel nacional son obstáculos para un diálogo directo con la sociedad inmersa en otras problemáticas.
El principal escollo que debe enfrentar el radicalismo, no es el peronismo.
Los fantasmas, si existen, están alojados en los muros que todavía (después de años de oposición) no han podido o sabido derribar.