La historia vuelve a repetirse. Los tribunos de la oposición rechazan una orden de pago del Ejecutivo, por considerar que carece de determinados sustentos administrativos, el intendente envía una nota de insistencia considerando “legítimo” su pedido, y los controladores le clavan el taco aludiendo que el titular del Ejecutivo en vez de aclarar, oscurece.
Esta semana los miembros del Tribunal, Gustavo Naselli y Gustavo Maristany, volvieron a “devolver a la cocina” una orden de 1.800 pesos correspondiente a veinte cenas para festejar el fin de año de la Asociación Villamariense de Automovilismo.
“Se trata de utilizar dinero de los contribuyentes para pagar una fiesta para un segmento social que no se caracteriza precisamente por ser carente, necesitado o menesteroso.” El concepto fue servido en la mesa del Ejecutivo y fue el fundamento principal del rechazo de los tribunos a dicha orden de pago, el mes pasado.
Accastello recogió el plato y les respondió que la orden es legítima y autorizada con las facultades propias del Ejecutivo. A la nota de insistencia la condimentó señalando que la no aprobación de los tribunos, demoraba el pago al proveedor y que a ellos no les correspondía “analizar la motivación del gasto”.
La réplica no se hizo esperar. Naselli y Maristany respondieron (a través de su resolución) que la actitud del Ejecutivo “demuestra desidia, inercia” y que la factura del encontronazo “durmió un mes en los cajones” del intendente.
“Algunos vecinos podrán o no creernos, pero nuestra conciencia sí nos cree”, precisaron los tribunos que siguieron firmes en su posición inicial.
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