|
|
|
|
|
|
|
Jorge Gómez recibiendo una plaqueta de reconocimiento del Centro de Peluqueros |
|
|
|
|
|
ESCRIBE: NET
Se fue Jorge Gómez. Dejó este mundo, azotado por la crisis financiera. Dejó este mundo en el Día de la Raza. Se fue en paz, con la misma paz que lo caracterizó en el camino recorrido. En el camino trazado a base de esfuerzo, trabajo, voluntad y amor al prójimo.
Se fue Jorge Gómez y la política villamariense debería lucir una cinta negra en el pecho. Porque no sólo perdió uno de sus dirigentes históricos. Perdió un símbolo de la militancia, de la ética, de la solidaridad. Un símbolo de esos valores que hoy no abundan en el mercado.
Se fue un militante de la vida, de la palabra, de la honradez.
Hace 25 años, Gómez participaba activamente en el regreso de la democracia. Era parte de las tres boletas tres que llevaron a Raúl Alfonsín a la Presidencia, a Eduardo Angeloz a la Gobernación y a Horacio Cabezas a la Intendencia.
Era parte de una lista de concejales que soñaba con cambiar la historia, con construir la República, con lograr la igualdad.
Era parte de una dirigencia que se abrazaba a la Constitución y su Preámbulo. Que hablaba de “constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.
Sus correligionarios lo eligieron en diciembre de 1983 presidente del Concejo Deliberante.
Un cuerpo integrado por Oscar Paradella, Ronald Lombardi, Adriana Brochero, Cecilia Fernández, José Redondo y Luis Caronni por el radicalismo y Abel Aymar, Carlos Caballero, Jorge Martín Iglesias y Nelda Orsi por el peronismo.
“Era un hombre sencillo, humilde, muy reflexivo y con una honda convicción de los principios del radicalismo. Los jóvenes de aquella época nos apoyábamos en su experiencia”. Palabras de Luis Caronni para definirlo.
Humilde, trabajador, reflexivo. Un hombre con principios bien firmes. Así lo definen sus correligionarios.
Un hombre que supo dar un paso al costado, que siguió trabajando desde el llano.
Se fue un domingo, a días de cumplirse 25 años de las elecciones del 30 de octubre de 1983.
Se fue sin poder ver cumplidos los sueños de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, promover el bienestar general, pero con la satisfacción de haber trabajado para recuperar la libertad para nosotros y para nuestra posteridad.
El confesor laico
“Era como un padre para nosotros”, dijo Ana Melano del Centro de Peluqueros a la hora de definir a Jorge Gómez.
Gómez comenzó en el camino de la peluquería en 1949. Fue socio fundador del centro que nuclea a los profesionales del rubro y un colaborador incansable. “Siempre estaba poniendo la pausa, escuchando, llevando paz. Era tan bueno.” Sus pares lo admiraban. Sus clientes le contaban sus penas, lo consideraban un confesor. “El confesor laico” es su libro, un escrito que presentó en Buenos Aires. Fue reconocido con el Mateo de Oro.
Sus restos son velados en Empresa Paviotti y recibirán sepultura hoy a las 11.
Otras notas de la seccion Locales
Olaviaga y Bedano en el racimo de opciones
Los comicios marcados por la presencia de Zannini y Cavagnero en las boletas
"Ya no es factible sostener la imagen de familia dominante"
Entusiasmo y aprendizaje: lo que dejó la Feria de Ciencias
"Cada vez más niños se involucran en la ciencia"
|