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Toma nota. El obispo diocesano, ayer al seguir la exposición del arzobispo Karlic. Luego, dialogó con EL DIARIO y reiteró su preocupación por la drogadicción |
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El obispo José Angel Rovai condenó ayer a narcotraficantes y vendedores de estupefacientes y sostuvo que “es peor darle droga a un joven que matarlo”.
“El drama de la droga no es sólo de Villa María, sino de todo el país. Los obispos de toda la Argentina hemos tenido dos reuniones con profesionales que nos informaron sobre la situación y es terrible. La ausencia de radares y controles hace que la Nación no sólo sea consumidora, sino productora de estupefacientes”, expresó al ser abordado por EL DIARIO cuando se dirigía a la iglesia Catedral.
“Gran porcentaje de la delincuencia se da a causa de este fenómeno. El otro día estaba en un lugar donde habían asaltado a una mujer de 87 años y otra de 90; no puede ser. Para que se haga un asalto así es porque son practicados por personas drogadas, de lo contrario no encuentro otra explicación”, manifestó monseñor.
“Debería ser una preocupación de todos, de padres, docentes, autoridades, Iglesia, confesiones cristianas no católicas, etcétera; todos nos tenemos que poner en contra de un flagelo que destruye a la juventud”, recalcó.
El alto dignatario de la Iglesia Católica confió que se siente “muy mal y triste como obispo” al conocer que en un semestre se registraron cuatro asesinatos de jóvenes en la zona, a manos de otros jóvenes.
“Uno quiere a las personas y esto es terrible. A gente joven que debería salir adelante se le trunca la vida por estas cosas. La droga hace perder la conciencia y la libertad”, advirtió.
“Terminan siendo unos entes por culpa de este flagelo. He visto a chicos de 20, 25 años, que han sido drogadictos, en el estado en que quedan. Realmente es terrible”, declaró.
“Más allá de la droga, también hay carencia de ideales y falta de educación. Creo que en la Argentina debería ser de primera preocupación la educación, por parte del Gobierno y de los ciudadanos”, consideró.
El jefe de la Diócesis villamariense subrayó que en el país “se habla mucho de la economía y si la inflación es del 20% o del 30%, pero ¿quién habla de educación hoy en día?”.
“Está bien que se hable de inflación, pero nos preguntamos por las escuelas, que a veces no están bien y no bastan las que hay. Estoy convencido que con una profunda educación la droga se erradicaría”, manifestó en su diálogo con este matutino.
“Los países que poseen una educación avanzada sufren el fenómeno de la droga, pero lo controlan, lo pueden erradicar mejor que nosotros”, destacó.
Consultado sobre las razones de la falta de abordaje concreto de esta tragedia por parte del Estado, el pastor aseveró que “lamentablemente, los dirigentes se preocupan de otras cosas como lo económico y dejan de lado lo educativo. La droga es el efecto de una falta de educación, de valores, de ideales. Un muchacho que trabaja, que estudia, que tiene su posición en la vida, que piensa formar una familia y cuenta con contención, no se va a drogar”.
“Está demostrado que en un 98% de los casos de adicción se presenta este cuadro por carencias humanas, falta de contención efectiva, ausencia de ideales en la vida, de posibilidades laborales. Eso es lo que sucede y me parece absurdo cuando pensamos que lo solucionaremos con más penas o despenalizando. Acá hay que buscar la raíz”, sentenció.
“Si quiero cortar este drama, cortemos la raíz, si no vuelve a crecer. En nuestra Patria no vamos a las raíces de los problemas y en esto hago énfasis en la educación y no me cansaré de decirlo”, declaró.
El entrevistado recordó que “los griegos decían que el hombre es un animal de educación” y en este aspecto reparó en que “hay que educarlo en valores, darle proyecto de vida, decirles que a la vida hay que vivirla, gozarla, hay que darle un sentido. Para eso hay que educarlo y contarle que tiene destino, fin, posibilidad de trabajo”.
“Hasta que no se resuelva el problema humano que hay en la Argentina por la falta de educación, esto no cambiará”, advirtió.
También, Rovai tuvo en cuenta que “hay cómplices en los poderes, motivos oscuros, porque la droga produce mucha plata”, pero más allá de eso resaltó que “si la persona está educada, sabe cómo comportarse”.
“Conozco a muchos chicos que no se drogan. Los que lo hacen es porque están ocultando un problema, ya que le falta una orientación en la vida. Es peor darles droga que matarlos. No concibo que haya gente que los destruya con estas porquerías. Yo, como obispo, no puedo pensar en la pena de muerte y estoy en contra, pero debo confesar que lo dudo cuando tengo que hablar sobre narcotraficantes y vendedores” de estupefacientes, concluyó.
Diego Bengoa
Un cardenal en la ciudad
“El hombre está llamado a ser amigo”
El arzobispo Estanislao Karlic brindó una conferencia ayer a la mañana en el salón parroquial ubicado en la primera cuadra de calle Estados Unidos y al mediodía ofició una misa en la iglesia Catedral. El cardenal estuvo en los últimos días en Villa María y en la víspera precisó aspectos del nuevo catecismo.
En su contacto con los medios de prensa, resaltó que “una de las verdades fundamentales es que todos los hombres nos igualamos porque tenemos un destino único, que es el encuentro definitivo con Dios” y resaltó que “hay que vivir estrictamente como hermanos”.
Al preguntársele por la familia actual, remarcó que “debe ser la misma de siempre porque el hombre es el mismo”. “Siempre tenemos la posibilidad de fijar nuestra conducta según la voluntad de Dios o no”, dijo y luego señaló que “el misterio del hombre se esclarece sólo en el misterio de Jesús”. “Eso nos debe iluminar para encontrarnos con ustedes, con un pobre, con un moribundo, con un niño recién nacido”, manifestó.
“Me gusta decirles a los jóvenes que no hay vocación pequeña porque todos tenemos este gran proyecto, por eso la educación, por eso la comida, la salud, por eso abrir el deber de que todos nos ayudemos a todos, abriéndonos posibilidades, ayudándonos y darnos siempre lo que podamos y lo mejor que podamos”, declaró.
- ¿Estamos lejos de eso?
“Se empieza a realizar, o no, con cada persona, y hablo del proyecto espiritual, en el que se juega cada persona y al que juzgamos cada día. La medida es la fraternidad, la única relación divina es el ser amigo y el querer uno el bien del otro y esperando que el otro quiera el bien mío, ése es el encuentro de bondad, el encuentro del bien.
Que acaben los desencuentros de Sudáfrica, que terminen, el hombre está llamado a ser hombre, a ser amigos, no sé la historia, no sé cuán complicada es y cuán terrible ha sido, no sé, ahora el deber es buscar el camino para eso.”
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