Escribe: Fernando de Goycoechea

Con un sufrido primer paso, el Jockey Club Villa María debutó con victoria en la temporada 2011 de la Unión Cordobesa de Rugby.
Ajustadamente y en el minuto final, los dirigidos por Frúgoli y Sessarego pudieron doblegar por 31 a 29 a una escuadra que por su actitud hacia el juego mantuvo en suspenso el marcador.
El cotejo de ayer resultó un excelente banco de prueba para los ex campeones cordobeses.
Exigidos al máximo por un equipo que no se rindió nunca, los “verdes” apelaron a su experiencia para mantener a flote el resultado.
Si bien es todavía incipiente y faltan varios jugadores importantes en la plantilla titular (César Fruttero, Facundo Boaglio y Rodrigo Bruno, entre otros), el plan de juego de los “hípicos” promete ofensividad y despliegue con la pelota en la mano.
A pesar de ser incisivos con el balón en su poder (Manuel Sosa y Fernando Boaglio concretaron sendos tries conjugando pases y potencia para romper la defensa) y precisos al momento del contacto con el rival, los hípicos mostraron falencias en el scrum y el line.
Los flancos débiles del local obviamente fueron aprovechados por los de la “lechuza” que pasaron de sufrir en el abierto a progresar desde las formaciones fijas.
En el segundo tiempo y a pesar de sufrir un try en contra (Nicolás Ferreyra), los de Río Cuarto con mucho ímpetu y logrando mantener un ritmo de partido intenso, ganaron la batalla en la pizarra merced a las conquistas de los centros Fernández Sardina y Maglione que pusieron el partido 28-29.
A diez minutos del final parecía que la suerte estaba echada. Urú se agrandaba y el Jockey, con algunos cambios, trataba de encontrarle la vuelta al encuentro.
Cuando el tiempo de juego moría, la lucidez de Víctor Fernández cambió la historia del choque.
El virtuoso medio scrum, jugó rápido una pelota de penal, se filtró entre los defensores y cuando su intento de try era ya un hecho un jugador riocuartense lo interceptó ilegalmente. Penal y chance para la efectividad de “Fefe” que sin fallar su compromiso le dio la primera alegría del año a la escuadra de barrio Roque Sáenz Peña.