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Poglajen atacando sobre el bloqueo de Bolívar. Aportó goleó y dejó todo para que el final fuera otro |
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Escribe: GUSTAVO FERRADANS
Partidazo, lleno de emociones y un triste final. Bolívar sacó a relucir su chapa de campeón y se quedó con el cuarto juego de la serie de cuartos de final y con ello la clasificación a las semifinales de la Liga Argentina A1 de vóley.
Un 3 a 1 ajustadísimo ante un equipo que nunca bajó los brazos y peleó hasta la última bola. El SOS Villa María le jugó de igual a igual y hasta en muchos momentos fue muy superior a su rival.
El equipo de Weber, levantó considerablemente su nivel con respecto al partido del jueves. “Jugamos muy mal el tercer partido y no podíamos volver a jugar así”, dijo el también entrenador del seleccionado nacional. Villa María mantuvo su nivel, lo tuvo para definir y forzar un quinto set pero no pudo definir estando set point en el cuarto.
El conjunto villamariense luego de un primer parcial brillante, con puntos altos en Macció convertido en un bloqueador más aportando tantos importantes, con Poglajen y Crer como principales goleadores fueron aprovechando uno a uno cada error de Bolívar, que tuvo demasiados fallos en el servicio durante este parcial, que terminó en poder de los de Cichello por 25 - 21.
Hasta acá fue un encuentro, pero a partir del segundo fue otro. El partido se jugó punto a punto, con dientes apretados y con menores errores por parte de la visita, cosa que emparejó notablemente las acciones. Bolívar sacó a relucir toda la experiencia de Gabriel Arroyo, la figura de su equipo en este juego, junto a Javier Filardi, aportando en defensa y ataque y el “Ruso” Meana, que mejoró muchísimo con respecto al jueves. Ellos se cargaron el equipo al hombro, ante este juvenil equipo villamariense que siguió atacando y defendiendo cada pelota como la última. Con algunos errores que son más propios de la inexperiencia y la alta presión conque se disputó este partido.
Si a eso le sumamos que el árbitro principal Pablo Gómez, se mostró como de lo “peorcito” que hemos visto en la Liga en toda la temporada, con actitud demasiado permeable y permisiva a los reclamos de Bolívar, equivocándose la mayoría de las veces a favor de la visita, sumamos un factor externo que no es fácil de entender. El equipo bonaerense, tiene un nombre de peso, jugadores de jerarquía y voces que se hacen sentir a la hora de los reclamos. Sin dudas que Gómez lo receptó y se prestó a eso. No pudo soportar tanta presión y sus fallos adversos para el local repercutieron en lo anímico en el equipo villamariense. Fueron numerosos los fallos determinantes y erróneos en distintos momentos del juego, además de provocar con su actitud desafiante ante cada reclamo del local. En pocas palabras: un verdadero mamarracho.
El segundo, tercer y cuarto set fueron casi idénticos, con final cerrado e incierto. Lo definió Bolívar porque supo hacer valer su experiencia. Lo mereció ganar Villa María por la entrega, porque nunca bajó los brazos y porque dejó hasta el corazón en la cancha.
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