Para lograr una buena producción de leche tienes que poner al bebé a mamar a libre demanda. Recuerda que tu cuerpo trabaja como una fábrica que producirá la cantidad de leche que le pida tu bebé.
Es importante que conozcas estas situaciones que podrían ser causas de mamadas reducidas:
- El bebé menor de 6 meses recibe otras leches, líquidos y/o alimentos que impiden que se prenda con fuerza al pecho, debido a que a la hora de alimentarse está satisfecho, este hecho da la orden al organismo de que produzca menos leche ya que no hay quien la necesite. Por otra parte esto puede provocar en la mamá preocupación y establecerse un círculo vicioso de intranquilidad.
- Cada vez que el bebé demanda por su alimento es tranquilizado con chupetes y/o mamaderas, este hecho provocará confusión en la forma de succionar. También hace que tu hijo se canse y cuando por fin llega mamá para alimentar al bebé este no tiene más fuerza o está tan enojado que la prendida es mala o la mamada corta.
- El bebé toma sólo el pezón, por lo tanto está prendido en forma incorrecta, no solamente lastimará a la mamá, sino que no logrará sacar leche. Los depósitos se encuentran en la areola y es desde allí de donde tiene que extraer el alimento. Para lograr una buena prendida el bebé tiene que abrir bien la boca, tener la lengua abajo y tomar parte de la areola en su boca.
- En los primeros días, el recién nacido, no recibe mamadas frecuentes y las mismas duran un tiempo estipulado. Alimentar con minutos estipulados para cada mamada es un error muy grave, ya que cada bebé tiene tiempos distintos, fuerza de succión diferente, etcétera. Todas las personas somos diferentes, por lo tanto vamos a respetar los tiempos de cada bebé y no lo vamos a comparar con ningún otro, tu hijo es único en el mundo, ¿o no?
- No dejamos que el bebé decida cuándo va a dejar de mamar, lo retiramos del pecho para que se prenda del otro sin que logre vaciar la primer mama. Si dejamos que nuestros hijos decidan cuando dejar de mamar nos aseguramos dos beneficios: 1- el bebé tomará la leche del final, 2- los dos pechos se van a vaciar por lo tanto la producción para la próxima toma será la ideal.
- Te encuentras agotada y no logras descansar cuando tu bebé lo hace. A las tareas del hogar se las puedes delegar a tu pareja o a tus familiares, pide ayuda, y… si la casa no está reluciente no pasa nada, las cosas se irán acomodando de a poco, tienes que tener un poco de paciencia y disfrutar de tu maternidad.
- Cuando la mamá no se alimenta en la forma correcta la producción de leche puede ser insuficiente, sobre todo cuando la ingesta de líquido es escasa.
Es posible que durante el amamantamiento, se presenten situaciones que te afecten. Se conocen con el nombre de “crisis de amamantamiento” Para contra restar esta situación puedes pedir consejos a tu médico, a un experto en lactancia materna y/o a un grupo de apoyo a la lactancia materna.
Los bebés pueden tener lo que se denomina como “ataque de hambre”, esta situación se puede presentar a los 10 o 15 días de nacido el bebé y a las 6 semanas. Recuerda que esto es normal y esperable. ¿Qué pasa? Los bebés demandan más alimento y las mamás sienten que tienen las mamas flojas y que la cantidad de leche que están produciendo es escasa. Este es un proceso de acomodamiento que dura uno o dos días. Como el bebé está creciendo y las necesidades de cantidad de alimento cambian constantemente. Tu cuerpo responderá a la demanda. El peor error en este momento es incorporar una mamadera, ya que tu organismo no recibirá la orden de que tiene que producir más y la producción será insuficiente por escasa estimulación.
A medida que tu bebé crece se ve fascinado por el mundo que lo rodea, comienza a prestar más atención a su alrededor desde los tres meses de edad, esto hace que acorte las mamadas y haga tomas más seguidas, trata de buscar lugares tranquilos para amamantarlo.
Existen situaciones que pueden cambiar el ritmo del amamantamiento como puede ser: estrés en la mamá, enfermedad en el bebé o la mamá, si el bebé ha sido vacunado ese día o está molesto por alguna causa, si la mamá está embarazada nuevamente, incorporación de mamaderas, escasa o nula colaboración del entorno de la mamá o la pareja, falta de confianza, falta de apoyo del profesional que atiende al bebé o a la mamá, crisis en la pareja, incorporación de tabaco y/o drogas de cualquier tipo que estén contraindicadas mientras se amamanta.
Recuerda que la lactancia es un deseo de la madre. Si logras una buena lactancia, como en la mayoría de los casos, no querrás dejar de amamantar al bebé. Este es un camino lleno de satisfacciones y de gratificaciones.
Un bebé más sano, más inteligente, más seguro, con una nutrición acorde a sus necesidades, con menos cólicos, menos llantos, es el premio que recibirá tu hijo. Protección contra el cáncer de mamas, de útero y de ovario, recuperación del peso de antes de embarazarte, mejor relación con tu bebé, mayor comprensión de lo que le sucede a tu hijo, menos probabilidades de padecer tristezas o depresión posparto, menos probabilidades de embarazarte nuevamente en forma temprana, es el premio que recibe la mamá. Más armonía, menos gastos, más seguridad, menos enfermedades, menos llantos, más unión, es el premio que recibe el papá y toda la familia.
Tu bebé quiere teta, ¿se lo vas a negar?

Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
vdga@arnet.com.ar