(En base al poema de García Lorca,
"Romance de la guardia civil")


Esto se lee entabicado,
con un motor de fondo que se aleja.
Haisman. ESMA. Haisman. ESMA.
Tienen por eso no lloran de plomo las calaveras.
Esto se lee entabicado oyendo el motor de un avión que se aleja.
Haisman, Haisman, ESMA.
Es un pozo oscuro la locura, un laberinto eléctrico de luces fuertes.
y preguntas repetidas, cenizas. Leche negra.
Ese avión que sobrevuela el asco
debería sonar de fondo, su motor cargado de pentanaval.
Ese avión que es el asco.
“…alta en el cielo un águila guerrera”.
¡Cancha gol!
¡Cancha gol! porque no gritas pelotudo,
grita pelotudo
canta pelotudo, grita gol carajo, ¡goool!
Muñoz, Muñoz Haisman. ESMA. Haisman Muñoz
Otros gritos pocas cuadras,
cuanto duele esa baldazo de agua antes de los enchufes
Tienen por eso no lloran de plomo las calaveras.
Un ángel rubio con un libro que es pasado y es presente
Un ángel rubio con un libro en la mano.
La mano que lo volvería a hacer.
Un ángel rubio posado sobre cruces de hierro mohosas, empestadas de neblina
¿Los basureros pasan hoy?
Pregunta el que trabaja por sus poroticos y sus cebollicas
Es alta la madrugada y el hombre no ha dormido
despierta al sexo de la mujer y pregunta:
¿Los basureros pasan hoy?
La ventana abierta deja pasar los últimos festejos de un Perú derrotado
La paloma de Luque, el pecho de Kempes
y los vivas a la bestia entre papelitos celestes y blancos
y el motor del avión sobrevolando el asco.
El que pelea por sus poroticos y sus cebollicas
ha dejado en las bolsas su preocupación más cara
¿Pasan los basureros hoy? ¿Pasan?
Pero la cabeza habla desde la bolsa y señala con la lengua al avión del asco,
al cielo que es el asco mismo, esta madrugada,
al ángel rubio posado sobre las cruces mohosas de un cementerio de vivos.
Haisman, Haisman ESMA.
¿Y el caballo?
¿Y el caballo herido?
¿Y el caballo malherido llamando a todas las puertas?
¡Quién escucha al animal, quién escucha,
todas las puertas se traban, todas las persianas cierran.
El ángel pasa. Lo sobrevuela.
- Vamos compañero hay que reunirse, vamos compañero -le dice el ángel- hay que reunirse en la iglesia.
Y el caballo herido habla y por esa voz ardiente una mano ofrece cuchillos
para cada boca y marcha y organización y piedras.
Y el ángel rubio escucha mientras picotea al niño dormido bajo la pila bendita
Escucha y picotea a conciencia busca el área de broca
nanotecnología del afecto, la mamá del lenguaje
El ángel escucha y picotea, picotea y escucha
Quedan pocos jóvenes, pocos jóvenes y en la calle miles de jóvenes
Quedan pocos jóvenes y en las calles miles de jóvenes gritando:
¡Viva campeón! ¡Viva campeón!
Quedan pocos jóvenes y en las calles miles de jóvenes gritando
No es país para jóvenes, el exceso de pensamiento,
el exceso de pensamiento
quedan miles
viva campeón
las calles gritando.
El ángel rubio nunca sonríe esa mueca fue parida por la hienas
el ángel rubio no sonríe
El ángel rubio besa al caballo y el tiempo se detiene
Hay una premonición del desastre
El ángel rubio besa al caballo y las puertas del templo se abren.
Avanzan de dos en fondo,
tienen en su cabeza una vaga astronomía de pistolas inconcretas.
Avanzan de dos en fondo siempre vivas en las cartucheras.
Jorobados y nocturnos por donde animan ordenan.
Tienen por eso no lloran de plomo las calaveras.
Oh iglesia de la Santa Cruz, ¿quién te vio y no te recuerda?
Las hermanas preguntaban por el niño de la iglesia.
“Aquel de los ojos azules sin cerebro en la cabeza”.
La monjita en la parrilla ya no se queja.
El ángel sonríe mueca de hiena.
¡Oh iglesia de la Santa Cruz quién te vio y no te recuerda!
¡Con una carta en la mano, el caballo va a la guerra!
¿Cuánta sangre papá? ¿Cuánta sangre?
El ángel mancha a la niña,
con su mueca de hiena.
Le mancha la nariz con su mueca de hiena
No es sangre es abono dice, es tierra,
polvo de un ente algo que no está,
que desaparece.
¿y por qué sangra papá?
No es sangre amor es abono, es tierra.
¿Y el caballo?
¿Y el caballo herido?
Y el caballo malherido llamando a todas las puertas
Se lo vio galopar con un girón de vendas.
El hombre que ya no duerme vigila en la vereda,
ve pasar al caballo,
ve a los grupos de tareas
ve al avión alejarse en dirección costanera.
Parece que va a llorar pero ahoga la tripera, se saca la bata, se sienta.
besa a su mujer, se acuesta.
Parece que va a llorar pero los basureros llegan.
Tienen por eso no lloran de plomo las calaveras.


Marcelo Dughetti
DNI 21757311