Escribe: Gustavo Ferradans
El gimnasio del Nacional era un hervidero. Los fallos incorrectos (como en casi toda la noche) del árbitro Pablo Gómez había recalentado los ánimos. Los reclamos villamarienses que rechazó con tarjetas amarillas, habían provocado un final caliente, con marcador cerrado, pero bien aprovechado por la experiencia de las principales figuras del Drean Bolívar.
El pitazo final del árbitro, el punto de Bolívar que definía el match y la serie provocó un corto silencio y enseguida llegó el aplauso, extenso y caluroso para agradecer a ambos equipos por tan buen vóley. Pero a la vez, el aplauso fue para darles las gracias a este joven plantel del SOS Villa María que dejó todo, entregaron el alma como en toda la liga y quedó eliminado de la serie de cuartos de final.
Las lágrimas del final fueron justificadas y entendibles. Estos pibes hicieron todo para ganarle al mejor equipo argentino de los últimos años, al más ganador de la historia, al actual tetracampeón argentino y monarca sudamericano. Sabían que podían dar más.
No pudo ser. Lamentablemente quedó flotando en el final, que hubieran merecido un quinto partido de desempate. Raramente, quedó viciado el ambiente con la sospecha de que el “diablo metió la cola” y usaba silbato. Y eso no es poco. Todos coincidieron y hasta las redes sociales retransmitieron las quejas y lamentos. Y los insultos, también.
Sería imposible saber si el final del partido hubiera sido otro, si es que Pablo Gómez se hubiera equivocado más ecuánimemente, si hubiera trabajado junto a los jueces de líneas en lugar de desautorizarlos varias veces (cobrando buena para la visita o mala para el local, cuando los “dueños” de los banderines marcaban al revés), si hubiera sido menos permeable a los reclamos visitante. Lo cierto es que el partido hubiera ingresado por carriles mucho más correctos, más normales, menos alterado por factores externos. Además Bolívar, que es un gran equipo, no necesitaba pasar a semifinales con una actuación tan polémica del árbitro chaqueño. Tiene demasiada historia para que eso ocurra.
Ya en el final, salvo unos pocos desubicados que la emprendieron contra un par de integrantes del plantel bonaerense (siendo los blancos elegidos Filardi y Weber), los restantes tenían en claro que sólo se trataba de un partido de vóley y por suerte, no pasó a mayores.
Seguramente el balance final todavía no es tiempo de que sea realizado, todavía casi en caliente, con el corazón aún saltando y sin la distancia necesaria, para ver mejor las cosas. En lo deportivo fue excelente, con un equipo peleando de igual a igual contra el campeón en toda la serie y con una performance anual que supera a la de la temporada anterior, más allá que igualó el quinto lugar de las posiciones.
En la columna del haber, con saldo en rojo en el 90% de la Liga queda la parte dirigencial, los errores que no pueden volver a repetirse y la falta de respeto a los jugadores que no deberían existir nunca más. Casi al final, prácticamente en el último mes llegó la “comisión de apoyo” para salvar el proyecto, cuidar mejor a este plantel y empezar a cambiar las cosas. Justamente todo el equipo estuvo sin cobrar sus haberes durante cinco meses, a lo que hay que sumar la mala calidad de la alimentación que recibieron durante varias semanas, entre otras necesidades. Pese a todo y pese a todos esos problemas, el plantel se mostró muy fuerte en lo mental y sin duda que ahí se notó la mano de Juan Manuel Cichello, un entrenador que es necesario para que este proyecto siga, crezca y se prolongue en el tiempo.
La comisión de apoyo, deberá ponerse prontamente al frente del proyecto para la Liga próxima, una vez que se terminen de cumplir con los compromisos de la que ya terminó, al menos para el Villa María Vóley. Deberán empezar a trabajar con tiempo, planificando, escuchando los consejos de Cichello y tratando de retener a la mayor parte de este plantel. No será un trabajo sencillo, ya que tiene que revertir todo lo que se hizo mal en gran parte de la Liga, y recuperar la confianza de los que quieren apoyar este proyecto, como colaboradores, proveedores y sobre todo generarla en los que conformarán el plantel 2011-2012.
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