El fiscal de Instrucción del Primer Turno, Félix Martínez, indagará en las próximas horas a dos jóvenes villamarienses que se encuentran detenidos por su presunta participación en el ataque al fiscal de la Cámara del Crimen de los Tribunales locales, Francisco Márquez.
Uno de los acusados se llama Sebastián Enrique Pereyra y tiene 26 años, mientras que el otro sospechoso es Sebastián Fernández, de 22, y los dos poseen frondosos antecedentes policiales.
Pereyra, alias "Cler" o "Mellizo", fue apresado el último jueves en una vivienda ubicada en Intendente Correa 971, en barrio Felipe Botta, mientras que Fernández, sin apodo conocido, se encuentra privado de la libertad desde el pasado 3 de abril, aunque inicialmente por un hecho de "hurto calificado" que damnificó a una mujer, por la sustracción de un radiograbador.
Si bien aún no se fijó el día y la hora de la indagatoria, todo parece indicar que la medida procesal se llevará a cabo mañana a las 10, aunque no se descarta que se adelante para hoy si es que se concluye con una serie de trámites administrativos.

@La imputación

En principio, ambos jóvenes fueron imputados por el fiscal Martínez como presuntos coautores de "tentativa de robo calificado" por el uso de arma de fuego en perjuicio de Márquez, quien fue atacado y baleado a quemarropa durante las primeras horas de la madrugada del 2 de abril en la entrada a su casa, sita en barrio Villa Oeste de Villa Nueva.
Según pudo saberse, Sebastián Fernández quedó involucrado en la "causa Márquez" en base a las declaraciones de algunos testigos, aunque debe señalarse que no fue reconocido por el funcionario atacado cuando se realizó una rueda de reconocimientos (también conocida como "rueda de presos") llevada a cabo la semana anterior en el Establecimiento Penitenciario Nº 5.
En tanto, el nombre de Sebastián Pereyra surgió durante la investigación que encabeza Martínez, aunque habrá que aguardar a que sea sometido a un trámite similar al que se cumplió con Fernández en el penal de barrio Belgrano para saber si Márquez lo reconoce -o no- como uno de los dos sujetos que lo abordaron aquella madrugada cuando se disponía a cerrar el garaje de su vivienda.

@Mellizo muerto

Como dato complementario, puede señalarse que Pereyra tenía un hermano mellizo, llamado Mario Alberto, apodado "Turco" o "Mellizo", que fue ultimado de un balazo en horas de la noche del 2 de enero de 2003 frente a un bar que por entonces funcionaba en la esquina de Salta e Intendente Urtubey, en barrio Nicolás Avellaneda de esta ciudad.
Por aquel hecho, a fines de marzo del año siguiente fue juzgado y condenado a 10 años y ocho meses de prisión el propietario de dicho bar, Julio Delfín Oviedo, tras ser declarado autor del delito de "homicidio agravado".
Durante todo el proceso, el comerciante sostuvo que Pereyra y otros tres individuos irrumpieron armados en su negocio con fines de robo y que le propinaron una golpiza, por lo que Oviedo repelió la agresión con un arma que tenía escondida debajo del colchón.
Los "Mellizos Pereyra", como se los conocía en los ámbitos policial y judicial por sus frondosos antecedentes, estaban radicados en Intendente Correa 971, a sólo seis cuadras del bar, pero en barrio Botta.
De todos modos, al momento del hecho de sangre que le costó la vida a Mario Alberto, su hermano Sebastián Enrique se encontraba alojado en la cárcel villamariense, por lo que no tuvo ninguna intervención en el trágico episodio.

@Defensor oficial

Tanto Pereyra como Fernández son asistidos legalmente por el asesor letrado de Tribunales, Juan Antonio Rusconi, quien deberá estar presente al momento de llevarse a cabo la referida actuación judicial.
Por lo pronto, y conociéndose el habitual proceder del defensor oficial, es prácticamente un hecho que ambos jóvenes harán uso del derecho constitucional que les permite abstenerse de declarar, por lo que sólo comparecerán sobre condiciones personales.
Si bien el instructor de la causa mantiene un hermético silencio en torno al caso, pudo saberse que dispuso una serie de medidas procesales muy puntuales para los próximos días, pero una vez que concluya con la indagatoria de ambos detenidos.

@Vivo "por milagro"

El fiscal Márquez salvó su vida por milagro tras recibir un impacto de bala calibre 9 milímetros en el cuello, que increíblemente no lesionó órganos vitales ni perforó arterias de profusa irrigación sanguínea, como la carótida (ubicada sobre el costado izquierdo), e incluso la región cervical quedó a salvo gracias a la providencia divina.
El funcionario, nacido hace 52 años en la ciudad de Hernando, resultó con un serio hematoma bipalpebral (es decir, en ambos ojos) y otras lesiones de menor relevancia en el rostro.
Márquez fue baleado a quemarropa en la región lateral derecha del cuello, pero para su fortuna el proyectil recorrió unos seis centímetros por debajo de la piel y salió detrás de la zona cervical, sin lesionar ningún órgano vital.
Tras ser abordado por dos sujetos, uno de los cuales estaba armado, el fiscal cayó pesadamente al suelo, frente al garaje de su casa, y producto de esa caída se golpeó severamente el rostro, lastimándose la región nasal y ambos pómulos.

@Su labor judicial

Al momento del ataque, el funcionario se desempeñaba como fiscal de la Cámara del Crimen, ámbito en el que cumple el rol de acusador público y, como tal, es el encargado de solicitar las penas que muchas veces terminan imponiendo a los imputados los jueces de turno.
Pero anteriormente, y por espacio de varios años, Márquez estuvo al frente de la misma Fiscalía de Instrucción que ahora está a cargo de su colega Martínez, donde investigó numerosos hechos delictivos y ordenó gran cantidad de detenciones.