Escribe: Juan Montes (*)
Mirá Biasatti - te tuteo porque te perdí el respeto que te tenía- me alegra que hayas dado la cara, que te hayas presentado en primer plano con esa pinta que antes parecía de tipo íntegro, que hayas hablado con esa voz firme y esa forma de expresarte que denota autoridad. ¿Pero sabés? Esta vez me sucedió algo extraño con vos: sentí asco y lástima. Me quedé pasmado y pensando en cómo un ser humano puede erigirse en ejemplo de cinismo con total impunidad. Ojo que con lo de ser humano, lo de ejemplo, lo de cínico y lo de impune no es que necesariamente me remita a vos. O a vos solo.
A ver, contámela. ¿Así que a vos te parece que un piquete es inconstitucional? No entiendo. ¿Cuándo es inconstitucional? ¿Cuando afectan los intereses del tipo que te paga? Porque durante el conflicto del campo no te parecían inconstitucionales los piquetes. ¿Te acordás de las horas y horas que le diste a Bazán desde los piquetes?
A ver, contámela porque la quiero entender. O sea que si el piquete lo hacen 30 laburantes junto a sus familias, porque Clarín no le quiere respetar los derechos constitucionales que tienen como trabajadores, es inconstitucional y el Gobierno debe garantizar la salida de los camiones llenos de mentiras respetando la libertad de expresión, pero cuando el piquete lo hacen las corporaciones y privan de libertad al pueblo argentino y desabastecen y crean caos e impiden las libertades individuales, no es inconstitucional. Contámela porque no la entiendo.
Vos me decís que se pone en peligro la libertad de expresión porque Clarín no pudo repartirse un domingo, pero no defendés la Ley de Medios ¿Y sabés quién es el único que no cumple con la aplicación de la Ley de Medios? ¡Fijate vos, tus patrones! Vos, que sos la voz de los patrones. O sea que, en este caso, no pedís que el Gobierno haga valer la legislación vigente. Ahora, si el Gobierno tuviera que hacer valer la legislación vigente, tendría que procesar a Clarín por desacato, y si esto sucediera, ¿qué dirías? ¿Que el Gobierno ataca la libertad de expresión? ¿La libertad de expresión de quién? De Clarín, porque en la grilla que el multimedio al que defendés, vestidito de profesor de ética, mi libertad de expresión no cuenta ¿O me vas a decir que no te habías percatado que CN23, entre otros canales, se le está negando a millones de personas y no lo incorpora a su servicio de cable? ¿Por qué? ¿Porque no piensan cómo Clarín decide qué tienen que pensar los medios? ¿De cuál libertad de expresión me estás hablando?
Contámela, porque no la entiendo. ¿Por qué no le das cinco minutos de aire en TN (o en cualquiera de los canales desde donde ponen a la gente en contra del Gobierno que ustedes no quieren) a algunos de los funcionarios o periodistas que piensan distinto? Vos que decís que la Televisión Pública no puede usar los fondos de la gente para bancar programas como 678 ¿Qué, no son periodistas como vos pero que piensan distinto? ¿No es que hay que garantizar la libertad de expresión? Y si no, te propongo, a ver, ¿les darías a los muchachos de 678 un espacio en TN o en Canal 13? ¿Por qué no está en tu empresa Víctor Hugo Morales? ¿Por qué no invitan a Aliverti, a Forster, a Domínguez? ¿Por qué no piensan como ustedes? Pero, ¿y la libertad de expresión? Contámela, contámela que te juro no la entiendo.
Vos tenés la desfachatez de mirar a mi hija a los ojos a través del televisor y asustarla, diciéndole que no permita que se mezcle la política con el periodismo, pero lo que no le dijiste a mi hija ni a la pobre gente que se va a dormir con bronca, que el primero que mezcla la política con la prensa es tu patrón ¿Por qué no hablás de la reunión que tuvo tu jefe, Héctor Magneto, dueño de Clarín, con la mayoría de los políticos de la oposición? En su casa, invitándolos a cenar en un año electoral. De eso no decís nada.
¿Por qué no te reservás esa sonrisa irónica y esa mirada adusta para cuando estés frente a tus hijos y nietos y hagas repaso de conciencia? ¿Qué le vas a decir cuando te pregunten que cómo puede ser que un Gobierno autoritario como decís que es éste no haya podido someter a la Justicia -esa que vos reclamás- a los hijos dudosamente adoptados de Ernestina Herrera de Noble? Porque en ese caso no te escuché pedir que el Gobierno haga cumplir la ley y le saquen de prepo dos gotitas de sangre para saber o no si esas gotitas de sangre se corresponden con el derrame sangriento de sus posibles padres secuestrados y desaparecidos.
¿Vos me vas a hablar a mí de ética periodística? ¿A mí que acabo de publicar un libro y en mi primera página le advierto al lector que soy un militante a favor del Gobierno? Porque a vos no te escucho decir que sos un militante en contra del Gobierno, vos te presentás como imparcial, como neutro y qué querés que te diga, a mí esas actitudes me revientan, no me parecen dignas. A propósito del libro que habla a favor de Cristina… ¡Che! Ni una mísera mención en los medios del monopolio para el que trabajás. ¿Y la pluralidad? ¿Y la libertad de expresión? No me jodas.
Contámela, a ver, porque todas las cosas que vos decís de nosotros, nosotros las decimos de vos.
¿Viste? Marqué la diferencia. Te di letra. Ustedes y nosotros, dije.
Ustedes, que ostentan decir la verdad, para nosotros mienten. Nosotros, que según ustedes mentimos, creemos decir la verdad. ¿Sabés cuándo se dilucida esta disyuntiva? Cuando vayamos a los bifes. No te asustés, no hablo de las piñas, la metáfora en este caso alude a los hechos: ¿te animás a que armemos en TN o en Canal 13 un programa para debatir la libertad de expresión? Un seis contra seis. Ustedes ponen seis panelistas, nosotros ponemos seis panelistas, pero sin censura ¿eh? ¿No te animás a armar un programa donde digan sus verdades la abuela Estela de Carlotto y Ernestina Herrera de Noble, tu patrona? Mano a mano, ellas dos solitas con sus verdades a cuestas, y que la gente después decida. ¿Te animás? O si querés algo más culto, lo hacemos.
¿Querés que armemos un programa para debatir las formas ocultas de la dominación mediática? ¿Te animás a debatir la manipulación de los medios? Pero sin trampas, ¿eh? Ustedes ponen a uno y nosotros ponemos a otro; ustedes ponen dos, nosotros ponemos dos.
Se me ocurren estas cosas porque a mí no me la podés contar, como decía Discepolín. ¿O no te diste cuenta que los que pensamos diferente a ustedes no tenemos espacios en sus medios? ¿Y vos me querés hablar de libertad de expresión, de justicia, de legalidad, de constitucionalidad?
Vos podés tener toda la imagen de hombre serio que quieras, pero qué querés que te diga, yo creo que le estás haciendo mucho daño al periodismo. Y no es que hablo de vos porque sólo hablo de vos. Vos sos un estándar. Qué sé yo, por ahí, quién te dice, terminás teniendo la razón. ¡Pero cómo lo vamos a saber, si en nombre de tu libertad de expresión no nos dejás hablar!
A ver, dale, contámela que la quiero entender.
(*) Integrante de la Corriente de Pensamiento Nacional (La Corriente)
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