Un proyecto esgrimido por el programa de Integración a la Comunidad LGTB (Lésbica, Gay, Travesti, Transexual y Bisexual) de la Universidad Popular fue seleccionado por la fundación Fondo de Mujeres del Cono Sur para ser financiado durante el lapso de dos años (desde este mes hasta octubre de 2010).
La propuesta "El derecho a ser mujeres diferentes" ingresó, junto a otros 8 proyectos de Uruguay, Paraguay y Argentina, dentro del rubro Diversidad Sexual y No Discriminación. Una de impulsoras del programa villamariense, Irma Carrizo, precisó a EL DIARIO que el trabajo de su equipo será "socializar, difundir y canalizar toda el material alusivo a la agenda feminista que está circulando desde hace tiempo en el continente. Principalmente apuntaremos a la campaña del aborto seguro, la prevención del abuso sexual infantil, la prevención de la violencia de género (contra mujeres heterosexuales, lesbianas, transexuales y travestis) y la explotación sexual y el tráfico de niños".

@ Elección sobre el propio cuerpo

Consultada sobre el tratamiento del aborto seguro, acaso el tópico más polémico, Carrizo advirtió que la campaña "no está a favor de la muerte y en contra de la vida como la Iglesia trata de hacer creer sino de pedir por una legalización y acceso público a una práctica que es habitual en todos los lados y en todos los estratos, pero que cuando se trata de una mujer sin recursos se pone en riesgo su vida por no tener para pagar una intervención adecuada. Además, está el derecho de decidir sobre el propio cuerpo, por ejemplo, la elección de no tener un hijo de un violador, algo que nuestra sociedad todavía no ha comprendido".
Como primeras acciones del proyecto se hará una exposición formal en el marco de la selección del Festival Internacional de Cine de la fundación española Triángulo, a exhibirse del 12 al 14 de noviembre en la medioteca, y luego se desarrollarán las campañas específicas. "Tanto la difusión, la entrega de folletería y las charlas las haremos en la calle, ya sea en la plaza Centenario o en la costanera, para que todo el mundo se pueda acercar", enfatizó Carrizo al tiempo que adelantó que "se intentará trabajar articuladamente con otras organizaciones locales interesadas".
Vale destacar que el equipo coordinador del proyecto estará integrado por seis militantes feministas, entre ellas dos activistas travestis: Vanesa Cufre y Daniela Lorca. "Ellas, como casi todas las travestis son trabajadoras sexuales, por lo tanto para esta tarea recibirán su primer trabajo remunerado dentro de un marco institucional". El grupo se completa con la arquitecta Silvia Baizre, la abogada Carolina Grasso y la activista lesbiana Desila Figueroa. El financiamiento asciende a un total de ocho mil dólares, dividido en cada año.
@ Una provincia “conservadora”
El grupo de Integración tiene tres años de vigencia como programa municipal. Al principio, se lo conocía como programa de Minorías Sexuales, aunque con el tiempo y el ingreso activo a la militancia, sus integrantes descubrieron que esa categoría provenía de una tendencia "conservadora y de derecha". "Habíamos adoptado el nombre -explica Carrizo- guiándonos en la única entidad cordobesa con estas características: la comisión de Minorías Sexuales y Portadores de VIH que contaba el Ministerio de Justicia de Córdoba. Luego nos dimos cuenta que era discriminador y estaba ligado directamente al virus del SIDA. Lo que pasa es que nuestra provincia tiene un fuerte arraigo de la Iglesia y todavía no ha avanzado en este tema como sí lo ha hecho la ciudad de Rosario, que actualmente es la vanguardia. Nosotros estamos encuadrados ideológica y políticamente con ellos y su concepción de diversidad sexual". El programa local actualmente integra la Federación Argentina de LGTB, como grupo adherente. Respecto al vínculo estatal, la responsable aclara: “Nosotros no cobramos sueldo para este programa, sólo le pedimos un espacio al Estado para poder hacer cosas como nuevos sujetos. Y para esas actividades tenemos presupuesto, alrededor de 5 mil pesos anuales”.