Un fuerte temporal de lluvia, viento y granizo agravó los daños en la estructura del IPEM 218 Juan Bautista Bosio, de Pasco, que el martes sufrió un incendio que destruyó el internado. También hubo daños generales en la zona rural y en la población distante 55 kilómetros de Villa María.
Los habitantes de Pasco no lo pueden creer. Al incendio del martes, que destruyó el internado de IPEM 218 Juan Bautista Bosio, viento, lluvia y granizo dieron la nota en la noche del miércoles. El temporal causó la caída de algunos árboles y cortes de energía, además de estupor en los pasquenses que todavía recuerdan cercano el incendio del salón del club 9 de Julio, en diciembre pasado.
Las chapas de zinc cayeron aparentemente por el peso del agua (unos 40 milímetros en pocos minutos), ya que los tirantes de madera estaban debilitados, quemados. A eso debe haber ayudado el viento, aunque no fue tan fuerte. Sí sorprendió la caída de granizo seguida de piedras de un "tamaño superior a un huevo de paloma", indicó el intendente Daniel Delbono en diálogo con EL DIARIO.
El jefe comunal añadió que hubo algunos árboles caídos cuando se desató la tormenta, alrededor de las 21, la que se extendió por aproximadamente una hora. Los corte del suministro se repitieron también en la madrugada, aunque no fueron prolongados. Una cuadrilla de municipales y de la Cooperativa de Electricidad debió salir a las calles a recoger ramas de la vía pública, algunas de las cuales habían afectado el tendido eléctrico.
Por otra parte, la pedreada también dejó su saldo: vidrios rotos en edificios con ventanas que dan al sur, caso de la esquina del ex cine y en aulas del IPEM, como si faltara algo más a la institución educativa.
Pero claro, el temporal hizo que el derruido edificio del (ahora ex) internado quedara "con vista al cielo", tal testimonió un vecino para despojar de gravedad el panorama.

Tristeza

La directora del establecimiento agrotécnico, Roxana Roganti, sintetizó que la estructura del internado incendiado "peor no puede estar", y sentenció que "todo terminó de caer", lo que evita riesgos futuros. "Ya cayeron con el temporal las chapas y no queda nada más suelto", dijo la docente, quien calificó a la mañana de ayer como "triste".
Confirmó que por la mañana, ayer también, personal de la Dirección de Arquitectura supervisó el estado de las paredes de aulas colindantes al sector incendiado para determinar daños y también realizó observaciones en el predio donde se construirá el nuevo edificio, según prometieron desde el Gobierno provincial en la misma tarde del martes.

El lunes

Las clases iban a retomarse en la mañana de hoy, pero fueron postergadas para el lunes. "Queremos empezar enseguida, así somos los docentes", dijo Roganti, pero añadió que "en principio uno se siente fuerte, pero en realidad está muy agotado. La de ayer fue una triste mañana, ver ramas caídas, vidrios de aulas que dan al sur rotos por el viento y la piedra...".
La directora explicó que la primera idea era "volver cuanto antes" a clase, "pero nos encontramos, y más hoy (por ayer), con mucho por hacer, sin luz y sin agua".
De todas maneras, rescató que "el lugar donde se alojarán los chicos estos días es muy bueno, nuevo, con muchas comodidades", en referencia al quincho del club 9 de Julio, inaugurado en diciembre pasado.
Sostuvo que se trata de una institución que "no tiene muchas carencias económicas", no estimó urgente o muy necesaria la recolección, como ser de ropas, "porque la gente actuó solidariamente muy rápido y el Gobierno en ese aspecto respondió enseguida".
Se contentó, dijo, con la campaña de recolección de libros que lleva adelante la Cooperativa de Trabajo Comunicar, editora de este matutino, para la quemada biblioteca.
Por último, expresó como deseo que el edificio incendiado sea demolido cuanto antes, tarea que debió comenzar el mismo miércoles. Los chicos vuelven el lunes.