El director nacional de Salud Mental y Adicciones consideró ayer que en el país “estamos en un momento histórico” en la política de salud mental “del cual Villa María es parte” e hizo un fuerte cuestionamiento a lo que vino ocurriendo en esta materia hasta poco tiempo atrás.
Yago Di Nella reflexionó centralmente sobre el acceso de la población al sistema de salud y sobre los manicomios, momento en el cual resaltó que allí no vale la Constitución Nacional.
El funcionario hizo hincapié en “pensar la salud mental en el marco del proyecto nacional y popular, sobre todo pensando en el acceso a la salud mental por parte de la población” y consideró que “estamos en un momento histórico, del cual Villa María es parte”.
Di Nella abrió el Congreso Nacional de Salud Mental 2011, que arrancó ayer a las 10 de la mañana en el Teatro Verdi, organizado por el Consejo Municipal de la Salud, dependiente de la Municipalidad de esta ciudad.
“Esto (el citado evento) va a representar un mojón del cual nos acordaremos en unos años”, expresó.
“Sabemos hoy, en base a estudios, que entre un 2/3 y un 3/4 de la población con trastornos mentales o de adicciones no llegan a los servicios. En el último año, cuatro millones de las 6.500.000 personas en el país que presentan trastornos de esta naturaleza no llegan a los servicios”, reveló ante un teatro colmado.
Por otro lado, el titular de la Dirección de Salud Mental recalcó que “nuestros recursos están distribuidos muy inequitativamente y hay lugares que no tienen a los equipos funcionando, en otros sí pero con déficit”.
En este aspecto, contó que el 65% de los profesionales reside en el conglomerado metropolitano del Gran Buenos Aires. “Más de seis de cada diez viven en ese espacio: psicólogos, neurólogos, psiquiatras entre otros”, indicó.
A este cuadro agregó las falencias en la accesibilidad.
Otro de los problemas que destacó el funcionario fue que “hasta hoy nuestro país no generó una política pública en este sentido, con un plan de salud mental, que fortalezca la atención”. “No se constituyó, no se logró”, expresó.
Di Nella reflexionó que “en 110 años de vida de políticas de salud mental lo único que se hizo fue construir camas psiquiátricas, hacer manicomios y poner gente allí dentro”. Subrayó luego que en crisis como las de la década del ‘90 o la de 2001, donde “enormes porciones de la población padecieron problemas psiquiátricos, y eso no quiere decir que estaban enfermas, se requería de atención profesional”.
“Ante el parto, la pérdida del empleo, entre otras situaciones de padecimiento, se puede necesitar de atención profesional. En estos momentos vitales se requiere de la accesibilidad al sistema de salud para no tener que necesitar luego una cama de internación”, advirtió.
El funcionario valoró la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental aprobada en 2010 “de manera unánime por diputados y senadores” y dijo que “representa un acuerdo político que nos da la posibilidad de darnos un nuevo tema, un nuevo campo y esperanza”.
“En distintos momentos de la vida todos nosotros tenemos necesidad de contar con un espacio de salud mental”, alertó.
El funcionario remarcó que “la Constitución no entra en un espacio manicomial, basta entrar a uno de ellos para ver que la legalidad de la Constitución allí no está”.
Habló de concentrarse “no en lo que tienen mal” las personas sino “en sus recursos, habilidades, destrezas y capacidades” y adelantó que “cada vez menos será necesario construir espacios para que las personas sean atendidas fuera de sus espacios de vida”, ya que la atención se producirá “en las casas de las personas.El espacio local es el que brinda esta posibilidad”, concluyó.