“Estar en la tierra de Cristo nos transporta a nuestra fe. No tenemos que bajar los brazos, necesitamos la caridad y el amor para estar unidos.”
En forma pausada, juntando sus manos habla Fray Manuel de la Cruz Lazarte. Es misionero franciscano en Tierra Santa y un par de veces al año viene a Villa María. Pertenece al Convento Franciscano de Córdoba y depende directamente de Jerusalem.
“La presencia nuestra en la tierra de Jesús es para llevar la palabra de Dios”, cuenta a la periodista de nuestro matutino.
En nuestra Redacción surgió la charla, en los días previos a Semana Santa.
“La custodia de Tierra Santa”, fundada en 1217 por San Francisco de Asís está integrada por trescientos franciscanos pertenecientes a 32 naciones y 48 provincias religiosas.
Fray Manuel es uno de ellos. “El hombre separa lo que Dios une y ahí estamos trabajando por el hombre, con una actitud de amor hacia el ser que sufre.”
Entre israelíes y palestinos, los misioneros llevan adelante su tarea y su obra.
Además de la actividad pastoral han desarrollado una intensa acción social.
Con la ayuda de los católicos de todo el mundo, con la colecta de Viernes Santo y con los celadores de Tierra Santa se establecieron las siguientes obras:
3 Quince colegios: diez mil alumnos, casi la mitad reciben enseñanza gratuita.
3 Diez dispensarios médicos.
3 Cinco residencias para peregrinos.
3 Orfanato.
3 Dos asilos de ancianos.
3 Trescientas cincuenta casas para familias de bajos recursos.
Por otro lado, han contribuido al desarrollo científico cultural con centros ecuménicos, seminarios y asistencia espiritual a los peregrinos, entre otras cosas.

@ “Un mensaje de esperanza”

Fray Manuel cuenta que desde Villa María ya viajaron unos cuarenta peregrinos a observar la marcha de las misiones.
“El lugar santo siempre ha sido respetado por las tres religiones. Allí no hay armamentos”, dice.
En otro pasaje del diálogo, el franciscano da un mensaje de amor y de fe para los convulsionados tiempos que se viven en el mundo.
“La Iglesia tiene una esperanza muy grande porque nos basamos en Cristo. Estamos esperando la segunda venida”, afirma.
Amar al hombre y a la Naturaleza es la convicción del religioso que abrazó el camino de la fe y de Jesús.
“Tenemos que amar por excelencia. El hombre es de doble filo. Hacemos el mal y el bien.”
Para Semana Santa, Fray Manuel estará en la Catedral villamariense para compartir con los fieles una fecha tan especial para los cristianos.