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Alejandro Dante Barcia tiene 36 años de edad y recibió diferentes condenas judiciales en los últimos 16. Ayer fue sentenciado por séptima vez desde 1995. Es nacido en Ticino, pero registra último domicilio en Las Perdices, escenario de la última de s |
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La camarista Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una condena unificada de un año de prisión de cumplimiento efectivo a un reincidente múltiple, quien recibió así la séptima condena desde 1995 a la fecha.
Se trata de Alejandro Dante Barcia, de 36 años de edad, quien fue declarado autor responsable de los delitos de “violación de domicilio” y “hurto simple”, al cabo de un juicio de trámite abreviado que se llevó a cabo en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen local.
Barcia, oriundo de la localidad de Ticino, pero radicado en Las Perdices, fue condenado dos veces en la ciudad de Río Cuarto y las cinco restantes (incluida la de ayer) en Villa María, en casi todos los casos por delitos contra la propiedad.
La sanción aplicada en la víspera es una de las más leves de las siete que recibió en los últimos 16 años y podrá dejar la cárcel de barrio Belgrano a mediados de julio próximo gracias al beneficio de la “libertad asistida”.
Un hurto con “condimentos”
El nuevo episodio delictivo que protagonizó Barcia, y que lo llevó una vez más a sentarse en el banquillo de los acusados, se produjo en enero pasado, cuando en horas de la madrugada ingresó a un domicilio particular de Las Perdices de donde sustrajo una billetera con 150 pesos en su interior.
Lo curioso del caso es que luego de entrar por una ventana que estaba abierta, el ladrón tropezó con algunos objetos que había en el lugar y provocó ruidos que despertaron al matrimonio dueño de casa.
El jefe de familia decidió ir tras los pasos de Barcia, quien decidió darse a la fuga. Ambos salieron al patio de la finca y luego a la calle, donde se enfrentan cara a cara, motivo por el cual la víctima reconoció al desconocido.
En su desesperada fuga, Barcia “olvidó” una campera en el patio y en la calle quedó la moto en la que había llegado a la escena del atraco, elementos que, sumados al reconocimiento de su rostro, lo incriminaron decididamente en la causa.
Poco después, ya encontrándose alojado en la cárcel de barrio Belgrano, Barcia se cosió la boca en señal de protesta porque, según reclamaba, era inocente y estaba injustamente detenido. Incluso argumentó que no había sido reconocido.
Finalmente ayer, a poco de comenzada la audiencia de debate y tras la lectura de la acusación fiscal, el múltiple reincidente pidió declarar y al hacer uso de la palabra confesó que había protagonizado aquel robo domiciliario.
Detenido desde hace tres meses, Barcia no podrá acceder a la condicional por tratarse de un convicto con numerosas condenas, pero sí tendrá la posibilidad de requerir el beneficio de la “libertad asistida”, instituto legal que permite a todos los reincidentes salir seis meses antes del cumplimiento total de la pena impuesta.
Para ser más precisos, Barcia recibió una pena de ocho meses de prisión efectiva por el nuevo delito cometido en Las Perdices, pero como tenía pendiente parte de una condena impuesta en julio pasado, se le aplicó una sanción unificada de un año de cárcel.
En efecto, el 22 de julio de 2010 había sido condenado a un año de prisión tras ser declarado autor responsable de “encubrimiento” reiterado (dos hechos) y “amenazas calificadas”, en otro juicio abreviado en el que confesó su participación delictiva.
De aquella sanción quedó “debiendo” cuatro meses, por lo que ayer se unificaron a los ocho meses que le aplicaron en su séptima condena.
Antecedentes
Barcia ya purgó una importante sentencia (la más severa de todas), impuesta por la misma jueza en julio de 2002, también en la Cámara villamariense.
En aquella ocasión, el múltiple convicto había recibido una pena de siete años de prisión por un “robo calificado por lesiones graves”, a raíz de un arrebato callejero registrado en noviembre de 2001, en el que le produjo serias heridas a una vecina de Las Perdices.
El ahora confeso delincuente es dueño de un frondoso prontuario judicial que, con la de ayer, llegó a siete condenas en los últimos 16 años: dos de ellas fueron aplicadas por la Cámara del Crimen de Río Cuarto y las cinco restantes por el mismo cuerpo judicial a nivel local.
Cabe señalar que seis de las sentencias dictadas por la Justicia fueron por diferentes delitos, en su gran mayoría contra la propiedad, aunque en la primera oportunidad que tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados, allá por 1995, se lo condenó por un hecho de “abuso deshonesto”.
Jueza y partes
Además de la camarista Saslavsky de Camandone, intervinieron en este proceso oral y público el fiscal en lo Correccional, Horacio Pedro Vázquez, y el abogado riotercerense Alberto Vieytez Monrroig, mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Mercedes Sanz.
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