Escribe:
Juan Manuel Gorno
(de nuestra Redacción)

El camino a la vida digna o al cementerio. Cualquiera de los dos puede tomar Alumni en cuatro partidos decisivos del Argentino A, donde deberá saber moverse de la mejor manera para no equivocar el destino.
Son 12 puntos lo que afrontará el equipo villamariense con el objetivo de pelear la clasificación en la Fase Reválida, ya que sólo así podrá poner en punto de ebullición su protagonismo y, al mismo tiempo, saldrá de la marcada preocupación que existe por el fantasma del descenso.
Es que tres puntos separan al equipo de los límites del cielo y el infierno. Arriba, donde se codean los que van por más, miran de reojo Maipú de Mendoza y Racing de Córdoba, dos “alcanzables” en la lucha por la clasificación dentro de la Zona 2. Y abajo, mientras, asoman la cabeza los colistas 9 de Julio de Rafaela y Estudiantes de Río Cuarto en la tabla general, donde los dos últimos se van derechito al Argentino B.
Entonces es ahora cuando ya no queda margen de error y Alumni debe sortear escollos que todavía no pudo superar en el certamen. Porque vale remarcar que -salvo el duelo ante Estudiantes, que será en Plaza Ocampo- todavía tiene créditos sin pagar. A saber: el domingo, el equipo fortinero recibirá a Juventud de San Luis, a quien le ganó de visitante, pero con quien precisamente perdió de local. Luego, Alumni deberá visitar a Racing, a quien todavía nunca pudo ganarle en el campeonato. Después vendrá el “Celeste” del “Imperio del Sur”, un rival de menos cuidado de acuerdo a los antecedentes, aunque se trata de un clásico. Y en el último partido, el equipo villamariense será visitante de Maipú de Mendoza, otra piedra en el zapato que molestó siempre.
Pero eso no es todo. Luego del compromiso en la tierra del “buen sol y el buen vino”, el equipo dirigido por Víctor Riggio deberá esperar el desenlace de la Fase Reválida cumpliendo su fecha libre. Y con esto llega firme la obligación inmediata por tomar una distancia considerable con respecto a los últimos en la tabla general para no depender de resultados ajenos en esa fecha de cierre, donde se define quiénes descienden.
Entonces, ya no hay tiempo para regalar nada. Alumni deberá mejorar primero su imagen en la “Placita”, donde lleva dos derrotas consecutivas, en función de asegurarse por lo menos los seis puntos que tendrá en disputa como local.
Así, en caso de ganar el próximo domingo (en partido que comenzará a las 18), el equipo fortinero tendrá la chance no sólo de acortar distancia con los mendocinos o los “académicos”, que se enfrentan entre sí en la provincia cuyana, sino también -como dato más relevante- podrá alejarse de Estudiantes, que tendrá fecha libre.
En ese sentido, urge la necesidad de levantar la cabeza y encontrar en el fondo la tranquilidad que el equipo suele tener adelante, buscando el tan mentado “equilibrio”, aunque ahora sólo sirva “sacar puntos”.
En medio de esto, los protagonistas son conscientes que todo se puede, siempre y cuando exista inteligencia. Porque a ningún jugador de fútbol le cabe “descender” en la cabeza; menos a los técnicos. Al contrario, en Alumni los integrantes del plantel y el entrenador sueñan todavía con saltear el vallado de la Fase Reválida y pelear arriba.
Si este equipo renovado en 2011 tiene al goleador del campeonato y supo hacer partidos interesantes que sorprendieron hasta el más pintado, es lógica su esperanza.
El tema está en darse cuenta que, a veces, en la “Placita”, el rival de Alumni es Alumni mismo, por su falta de concentración en pasajes claves de un partido (sobre todo en las jugadas con pelota detenida) o quizás por algún descanso que alguien se toma cuando hay que recuperar el balón, entre otros detalles que pueden quedar librados al azar.
El “Tano” Riggio, mientras, morirá o triunfará “con la suya” en el aspecto táctico, pero al mismo tiempo, le pedirá a sus dirigidos el compromiso eterno en estos cuatro partidos.
Después seguramente vendrá el balance de las falencias y las virtudes. Por ahora, el pueblo debe alentar y el equipo ganar.