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Faró junto a Héctor Godoy, el único director varón de la escuela Bolivia en 129 años |
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Stella Faró tiene 50 años. A los 24 llegó a esta escuela de Nivel Primario, un establecimiento emblemático de Villa Nueva.
Docente de Lengua y del área de las ciencias, el 21 de febrero pasado llegó a la Dirección de esta prestigiosa institución.
Héctor Godoy ocupaba ese sillón conductor desde hacía nueve años, pero emigró hacia Villa María, para asumir en igual cargo en el Centro Educativo José Ingenieros, cuya ex titular, Patricia Accastello, ascendió a inspectora.
Lo primero que hizo Faró desde su nuevo rol fue fundar un club de madres, buscando erradicar la violencia de las aulas y de la vida de los chicos.
Ayer, la flamante directiva del Centro Educativo República de Bolivia charló extensamente con EL DIARIO en un alto de un almuerzo que mantuvo todo el cuerpo docente para despedir oficialmente a Godoy.
¿Cómo fue su carrera y qué siente en su nuevo rol?
- “Empecé en el Manuel Belgrano, realizando una suplencia durante un año. Luego estuve otro año en la Mitre y desde hace poco más de 25 años estoy acá en la Bolivia. Toda una vida, toda una historia. El recordar se vuelve penoso, porque sólo hemos quedado dos o tres del grupo de docentes de aquellos años.”
Una de sus primeras medidas es crear un club de madres. ¿En qué consiste?
- “Funciona por sí mismo. Acordaron reunirse esta semana en la escuela para tirar ideas. La meta es traer juegos tradicionales y transmitir la cultura a través de los mismos; que la escuela sea el puente entre el ayer y el hoy.
La falta de límites en todo, en la conducta, en la socialización por estar todo el tiempo en medios tecnológicos, ha generado problemas tremendos de violencia e individualismo.
El estar frente a la computadora es una conducta hedonista, de placer, que no se condice con la cultura del trabajo, del esfuerzo y la reflexión.
Es en el colegio donde se da el proceso reflexivo, no frente a una computadora.”
“Es tan pobre esto, que el chico no satisface los deseos individuales y estalla. Y estalla con la violencia. Y con una ausencia de palabras en lo personal, en lo social. “
Este club de madres apunta a esa cuestión...
- “Claro. Nosotros, los docentes, nos pusimos a replantearnos... si siempre se trabaja por y para el niño, nos preguntamos en qué fallamos tanto que no podemos crear, en al menos cuatro horas que pasan en la escuela, una infancia más modelada. El niño pasa, casi, más tiempo en el colegio que en su casa y más cuando se implemente la jornada extendida, el año próximo. Sin embargo, hay más violencia y menor crecimiento. Un alto porcentaje de jóvenes en Villa Nueva deja la escuela antes de tercer año. La escuela ya no es vista como un lugar de promoción social y además, por ahí, los padres se desligan.
Queremos ser el vehículo para el amor en el aula, en encontrarnos con la mirada en el otro, para poder entregar el saber.
Las clases sociales pobres siguen perpetuadas y muy pocos salen y, en ese aspecto, la escuela es un medio muy poderoso. Hemos tomado conciencia de eso.”
¿Cuántas madres se han sumado a esta iniciativa y de chicos de qué grado?
- “Más de 20, de todos lo grados. Las convoqué durante marzo. Al principio había dos o tres mujeres. Se juntarán dos veces por semana; como creían que les iba a demandar mayor tiempo y como no se animaban porque tienen baja autoestima, le esquivaban. Pero se fueron sumando. También queremos que haya gimnasia para las mamás.
Acá los padres siempre han estado para pedir, pero ahora nos están devolviendo a la comunidad educativa con estas acciones.”
¿Qué juegos se implementarán?
- “Habrá campeonatos de payanas, se jugará a la farolera, al congelado, el tejo, pañuelito y demás.”
Usted recién dijo que los docentes se interrogan en qué han fallado. ¿Han encontrado respuestas?
- “Sí. El cansancio de la entrega durante todo el día y la burocracia de cumplir diversos aspectos nos hace olvidar la esencia. La esencia que es tener al ser frente a uno, al niño, de ser conscientes de que todo lo que digamos va a surtir efecto. Tratar de entender qué sentido le dio la familia para que ese niño esté en la escuela Bolivia.”
El sistema las alejó de la razón de ser docente...
- “Sentimos el cansancio del sistema. Tenemos que cumplir con muchas cosas que nos alejan de la función de enseñar. Nos hemos propuesto centrarnos en buscar y mirar lo que sucede. Tenemos el 30% del alumnado con problemas en lecto-escritura.
Nos propusimos reducirlo para el 30 de diciembre de 2011 al 10%. Sin mentirnos.
Todo niño con dificultades en este sentido, que escapan a razones de salud, será detectado, se buscará a los padres y contamos con Silvia Jara, de la Municipalidad de Villa Nueva, que nos da una respuesta fabulosa. El niño con dificultades está en carpeta en la Dirección y se hace tratar.
Hay niños con problemas y este es un colegio inclusivo. Un pequeño con parálisis cerebral está en primer grado, nuestro primer escolta tiene cuadriplejia muscular y está casi ciego. Este es un establecimiento para todos, integrador, y con énfasis en la justicia social. Hay cuatro secciones hasta cuarto grado y tres para quinto y sexto.”
¿En qué conductas se expresa la violencia de la que habla?
- “En patadas y golpes. Siempre hay patadas. En el acto de recién, uno le mordió la mano a otro. Los padres están viendo límites definidos en la escuela. Ahora, todos los alumnos tienen salidas educativas desde primer grado, antes era desde cuarto. Este año habrá un gran baile en el club Alem, con docentes, alumnos, ex alumnos, todos. Y rifaremos un viaje para dos personas a Mendoza.”
El domingo publicamos una entrevista con un dirigente de una asociación de Villa María que trabaja con jóvenes en situación de vulnerabilidad, en la que reveló que hay chicos de 9 años que venden droga
- “Nosotros no tenemos alumnos con esos problemas, pero sí están inmersos en realidades propias que abarcan esos flagelos. Tratamos de alejar esa realidad, que tiene mucha dureza, tratando de mostrarle a los pequeños otras cosas. Por eso las aulas tienen muñecos pintados y demás, buscando una imagen tierna.
Tenemos alumnos que trabajan en la calle. Por suerte, la asistente social Jara y su equipo responden muy bien. Los padres van y tienen su turno con ella.”
Momento del final de la nota. Stella invita con sándwiches y gaseosas. Recalca que “la docente es la autoridad, no la directora” y que se siente respetada por las profesoras. Subraya que tiene “un cuerpo docente impecable”.
“Nos alejamos del vernos como víctimas del sistema y de ser omnipotentes. Sólo queremos ser un medio para lograr una superación de la persona”, resalta. Y antes de finalizar, comenta, con un dejo de tristeza: “A muchas mamás y papás de acá les pagan dos mangos en el trabajo”.
En horario pico - Controles sin control
A los docentes no les llamó la atención, porque ocurre a menudo.
En un horario pico como el mediodía, ayer había conos naranjas en inmediaciones del Centro Educativo República de Bolivia, sobre calle Déan Funes, pero no había inspectores.
“Las motos pasan como si nada, hubo una que tiró uno de los conos”, contó un vecino a EL DIARIO.
Por lo que se ve, es un Operativo Blanco sin personal abocado al control.
Sí había personal policial sobre la avenida Libertad, frente a la citada institución de Nivel Primario.
También se observa a inspectores de tránsito sobre avenida Carranza, frente al Changomas, sin detener a los numerosos motociclistas que circulan sin casco.
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