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El Peregrino Impertinente
Uno mira una brújula y no se le mueve un pelo. Pero definitivamente el instrumento cambió la historia de los viajes. En el pasado era una herramienta fundamental para aventurarse hacia destinos desconocidos. Se cree que la inventaron los chinos, hace unos 1.200 años. Hasta entonces los mares eran un quilombo. Los barcos se andaban chocando entre ellos y muchos terminaban cayéndose de esa inmensa bandeja de agua y tierra sostenida por cuatro elefantes arriba de una tortuga, que era el mundo.
Aquellos problemas terminaron cuando apareció la brújula. Inmensa alegría sintieron los exploradores y aventureros más avezados de la época, para quienes el utensilio significó un inestimable ahorro de tiempo y esfuerzo. Los viajeros menos iluminados, en cambio, fueron muy críticos con la novedad: “Bah, menuda majadería esto de la brújula. Claro, si quiero ir para el norte me indica la dirección a tomar. ¿Pero qué si tengo que dirigirme al sur? ¿O al oeste? Al final los chinos éstos son todos unos gilipollas”, se les escuchaba decir. La mayoría de ellos se llamaban Manolo.
@ Antes y después
Siglos después, la brújula se expandió por el mundo y ya no había navegante que no tuviera la suya. La usaban los comerciantes europeos para llegar a Asia a través de la ruta de la seda. Otro tanto hacían los turcos, que se acercaban al Viejo Continente por el mar Mediterráneo. Y hasta Colón, en sus periplos por el Atlántico hacia América. Varios de sus marineros, también de nombre Manolo curiosamente, no comprendían cómo ese hombre podía confiar en un instrumento tan 75% incompleto.
Hoy, el artefacto sólo es usado en algunas excursiones de montaña. El jefe de los boy scouts, perdido, saca uno de su bolsillo y controlando el mapa dice: “No se preocupen, niños, debemos tomar esta dirección. No hay mayores precisiones, pero estimo que son como 22 ó 23 millas montañescas hasta nuestro destino. Según mis cálculos, llegaremos al refugio mañana al atardecer”. Uno de sus alumnos, con el GPS en la mano que le indica, acertadamente, que el refugio está a 10 minutos yendo por la dirección contraria, no entiende nada.
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