Carlos Herrera dibujó otro cuento memorable con la casaca “fortinera”, otro capítulo colmado de agonía y satisfacción. Otra vez, “Falucho” dijo presente en el momento indicado para aportar su poder de gol y sacar del mal momento a Alumni, que parecía tener otra jornada negra en Plaza Ocampo.
Pero el ‘karma’ de Alumni en casa se esfumó en el minuto final, logrando -con ese gol del intratable Herrera- ganar casi en el cierre del juego, como para obtener uno de esos triunfos que se disfrutan inmensamente, pero que además significó mucho para el presente “Fortinero”.
“Al equipo le tocaron la moral en el segundo tiempo, reaccionó justo a tiempo y pudimos ganar un partido increíble”, explicó el principal protagonista por el valor de sus conquistas, Carlos Herrera, en zona de vestuarios.
Con una alegría reflejada en su rostro, “Falucho” indicó que la remontada se dio porque “‘Tano’ (Riggio) pegó dos o tres gritos desde el banco y surgió el orgullo de cada uno de nosotros, sabiendo que si empatábamos o perdíamos quedábamos muy complicados con el tema del descenso. Por suerte llegó el penal, que existió, empatamos y luego me que quedó esa pelota en el área y pude convertir”.
En tanto, ante la consulta de por qué nuevamente se tornó muy difícil el trámite en condición de local, el goleador comentó: “Nos costó porque (Juventud) es un rival muy duro; tiene uno de los presupuestos más altos de la categoría y, más allá de que no se le dieron las cosas, tiene muy buenos jugadores y juega bien”.
A continuación, Herrera reconoció que “con el gol de ellos quedamos un poco sentidos y se notó que la gente empezó a impacientarse con mucha razón”, pero destacó que entonces “apareció el orgullo, salimos a buscar el partido y logramos ganar”.
Por su parte, pensando en el próximo encuentro ante Racing -en Nueva Italia-, el delantero explicó que “es un clásico decisivo; esperamos traer un buen resultado y, por qué no, una victoria. Ya hemos realizado buenos partidos en Córdoba y además sería muy lindo ganar para aspirar a algo más y alejarnos de una vez por todas del fantasma del descenso directo”.
En cuanto a la disputa que tiene con Diego Giménez (goleador de Brown) por ser el máximo goleador, manifestó: “No sé como le irá a él, pero uno está contento por este momento. Algunos dicen que tiene más méritos lo mío, pero no es así, y por algo él también esta arriba. Igualmente, acá lo principal es que Alumni sume puntos para salvar la categoría y luego veremos lo que viene en el futuro”.
Herrera es el máximo artillero con 18 tantos, seguido por Giménez, que tiene 16 conquistas.
Por último, el histórico goleador fortinero habló sobre los incidentes una vez finalizado el partido y expresó: “(Walter) Ledesma, el central, se venía portando mal, se hizo el guapo acá la primera vez, después allá en San Luis les pegaba a los chicos, y de vuelta acá amenazó a Manicero, a quien cuando terminó el partido iba crudo a pegarle, por lo que no me quedó otra que frenarlo y le di un merecido porque él siempre actúa de mala fe”.

“A la gente”

La felicidad del triunfo también se reflejó en otros jugadores del “Fortinero”, como el defensor Hugo Yocca, quien manifestó estar “muy contento por el resultado. Se nos hizo muy difícil ganar en esta cancha, pero por suerte en el último minuto conseguimos el triunfo, el cual se lo dedicamos a la gente y a nosotros, porque trabajamos mucho para esto”.
Además, el santiagueño también habló sobre lo sucedido al final: “Ledesma quiso copar la parada, agredir a Manicero y se originó el tumulto”, afirmó, pero igualmente sostuvo que “son cosas del partido y quedan ahí”.
“Se logró dar vuelta un partido que se había tornado muy duro y logramos sacar esta mala racha de no poder ganar acá”, remarcó a continuación el arquero de Alumni, Jonathan Scalzo, quien mostró su molestia ante algunos reproches que recibió durante el cotejo.
En ese sentido, el juvenil arquero expresó que “no hay que darle interés a eso, seguiré trabajando para darle lo mejor al equipo, que es lo que realmente importa porque amo esta camiseta”.

El árbitro

Opina: Jorge Candia (instructor nacional de árbitros)

Sebastián Mastrángelo estuvo muy bien en el partido.
Se mostró acertado técnicamente y, desde el primer minuto hasta el final, mantuvo la credibilidad a través de algo fundamental que debe tener el arbitraje: la seguridad a la hora de sancionar las faltas, además de la ubicación correcta.
Se nota que tiene escuela y formación, sobre todo por la ubicación en el campo de juego para poder observar.
Siempre estuvo en el lugar adecuado, salvo en algunas situaciones donde se quedó estático y hubo pelotazos que pegaron en él u obstruyó en la jugada. No obstante, esto para muchos pasa desapercibido.
El penal es indiscutible porque el empujón fue notable. Y en el momento que el árbitro lo sancionó, si hubiera una dificultad en la conducción, seguro que recibía masivos reclamos, pero no fue así. Fue creíble.
Cuando el arbitraje es enredado, confuso, discutido, en general esas situaciones se vuelven conflictivas. Pero no pasó con Mastrángelo.
A este árbitro ya lo ví en La Boutique y le encontré las mismas virtudes. Anda muy bien y tiene proyección.