Escribe: Gustavo Nagel (*)
Usted escuchó hablar en más de una oportunidad de las "empresas recuperadas por sus trabajadores" y sabe que cuando nos referimos a ellas estamos hablando de fábricas que fueron abandonadas por sus dueños y que dejaron a la deriva a sus trabajadores. Trabajadores que se hicieron cargo de la administración de estas empresas.
Al no haber tanta información sobre este fenómeno uno podría sospechar que fue una modalidad que se produjo en plena crisis de los años 2001 y 2002 y que hoy por hoy ya quedaron en el camino.
Pues no. Un informe del Ministerio de Trabajo a través del Programa de Trabajo Autogestionado da cuenta de que en la actualidad existen 280 empresas recuperadas en todo el país, a las que se le sumaron otras 142 empresas que nacieron desde la autogestión. Entre ambas modalidades generaron aproximadamente unos 16.400 puestos de trabajo. Siempre según el informe del Ministerio de Trabajo entre los años 2000 y 2003 se constituyeron 75 cooperativas y desde el año 2004 hasta 2010 se conformaron unas 80 más.
A pesar del ninguneo que estas experiencias reciben de los grandes medios informativos un relevamiento realizado por el Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada, de la Universidad de Tres de Febrero, sobre los trabajadores residentes en Capital Federal y Gran Buenos Aires muestra que el 90% conoce el proceso de recuperación de empresas y el 85% de ellos valora positivamente la experiencia.
Vale tener en cuenta que estos trabajadores lograron demostrar que una empresa puede ser exitosa gracias a su propia administración a pesar de que el escenario no les es favorable (basta recordar que lograron el poco o casi nulo avance en las expropiaciones de las unidades productivas; que es casi inexistente la posibilidad de acceso al crédito; que es un hecho la ausencia de capital inicial, etcétera).
También es cierto que actualmente el Estado Nacional creó estructuras y programas específicos para atender demandas puntuales de las empresas recuperadas y facilitar el inicio o sostenimiento productivo, y existe un proyecto de modificación a la ley de quiebras que facilitaría a los trabajadores hacerse cargo de empresas en esa situación.
Y en este sentido es el Parlamento de la Nación el que debe sancionar una ley que favorezca a estos trabajadores que demostraron que pueden no sólo mantener su fuente de trabajo sino también generar nuevos empleos.
(*) Sub Gerente General de Filiales de Banco Credicoop
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