Claudio Orellano es un periodista serio y comprometido, cuya imagen quedó “pegada” a Crónica TV a partir de aquellas imágenes que lo muestran tentado a la hora de presentar una nota referida al “Pitufo Enrique”. Las interminables repeticiones del “gag” en programas de entretenimiento, hacen creer que sigue trabajando en el canal de Héctor Ricardo García, cuando lo cierto es que se desvinculó hace más de diez años.
“Yo estuve en Crónica TV desde su inicio, el 3 de enero del `94. Puse todo, dejé todo allí, pero en el año 2000 se quisieron agarrar de un decreto del entonces presidente Fernando de la Rúa para bajarme el sueldo y me opuse, por lo que se generó un conflicto que determinó mi salida”, narró.
Orellano dijo estar “feliz” en su nuevo trabajo, la Agencia Télam, con cuya comitiva llegó a Villa María, una ciudad a la que definió como “encantadora”.
“No sería mala idea venir a vivir acá, disfrutarla y, quién te dice, poder conducir alguna vez el extraordinario festival que tienen ustedes”, comentó a un periodista de EL DIARIO.
El comunicador visitó en la tarde de ayer las instalaciones de este medio, atraído por la experiencia de gestión cooperativa. Antes, en diálogo con una radio local, había expresado que “hay vida después de la televisión”, aunque comentó que “muchos son capaces de matar a la vieja para estar en la tele”.
“Pero la verdad es que hay otros medios nobles como la radio, los diarios, las revistas, Internet... donde también se puede ejercer el periodismo”, expresó.

Compromiso

Para Orellano, “es fundamental que el periodista escuche a la gente, al pueblo; debe dejar que el oyente se exprese, que el lector escriba sus opiniones, aún cuando no coinciden con las nuestras... Hay que darle la información y confiar en que sabrá entenderla y sacará sus propias conclusiones, porque se ha subestimado mucho al receptor del mensaje, especialmente desde los grandes medios”.
El ex presentador del noticiero de Crónica sostuvo, además, que no se debe temer al periodismo comprometido o militante. “En algún punto, todos somos animales políticos. Hasta el que dice ser apolítico está marcando una posición política... Los que están muy preocupados con esta decisión de muchos comunicadores de jugarse en este especial momento que vive el país, son los poderosos que se hicieron dueños de la verdad única durante tantos años, que ahora les cuesta desprenderse y compartirla. Afortunadamente, con la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la verdad pasa a ser un bien social, propiedad de todos y cada uno de nosotros”, concluyó.