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Córdoba disfrutó de uno de los músicos más influyentes de las últimas décadas |
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El gran Alan Parsons se presentó este viernes en Córdoba. En un Orfeo que se colmó con varias generaciones que volvieron en el tiempo regaló sus éxitos y música. Muy buena música.
Alan Parsons, para el que no lo conozca, es uno de los influyentes en la música más importantes del Siglo XX en lo que se puede llamar progresismo musical y, sobre todo, en el rock. Alan inició su carrera con 19 años como guitarrista acústico de folk-blues y luego trabajó en los legendarios estudios de grabación Abbey Road. Sí, leyó bien, en los estudios de The Beatles, donde trabajó como ingeniero asistente en los últimos dos álbumes de “los 4 de Liverpool” y luego de obtener el título de ingeniero de Grabación siguió trabajando con Paul McCartney y The Hollies, entre otros. De todos modos fue su contribución como ingeniero en el clásico de Pink Floyd, "Dark Side Of The Moon", lo que le permitió obtener una gran fama mundial. Esto dio lugar a notables éxitos como productor con "Magic de Pilot", "Highfly" y "Music", de John Miles, y con "(Come up and see me) Make me smile", de Steve Harley.
Live Project, la nueva banda
Así es que llegó a Córdoba con todo este currículo y con su nueva banda Live Project donde dieron todo de sí para que en un show de casi dos horas y veinte temas la gente no sólo lo mirara a él, sino a cada uno de sus músicos que no por casualidad lo acompañan. Guy Erez (bajo), Danny Thompson (batería), Manny Focarazzo (teclados), Alastair Greene (guitarra), P. J. Olsson (voces) y Todd Cooper en saxo y voces, fueron los responsables de que la gente que estaba allí, destacando que eran de 40 años para arriba la mayoría, recordaran viejas épocas y se dejaran ver nostálgicos.
Si bien no habló mucho lo poco que dijo lo hizo en inglés por lo que muchas veces no se entendía. De todos modos lo que se pudo escuchar fueron frases como “Todo artista quiere actuar en Argentina”, para luego dedicarle al público sus temas e insistir que hubiesen necesitado “un traductor por no saber español”.
Los temas se dejaban acompañar por un juego de luces y por los músicos que acompañaban las pistas que ponía, creadas por el anteriormente, para luego mostrarse en vivo con su guitarra y teclados. Aplaudidos de pie más de una vez sonaron temas como The raven, I robot, Sirius, Time, Psychobabble, One more river, Can’t tike it with you, Don’t answer me, Games people play, Nothing left to lose, Snake eyes y, el más celebrado de todos, Eye in the sky.
Lo demás era cerrar los ojos y dejarse llevar. Por el tipo del escenario que toca las consolas como los órganos. Como el señor de las primeras filas que con sus muletas hacia que tocaba una guitarra imaginaria. Dejarse llevar por esas canciones sin tiempo.
Juan José Coronell
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