Comenzó veinte minutos más tarde de lo estipulado, pero sirvió como excusa para que los asistentes se ubicaran en mejores localidades. Esto es, buscar estar más cerca de su ídola en algunos espacios en la pista que fueron tapados rápidamente apenas había comenzado el show.
Julieta Venegas optó por no expresarse demasiado, pero sí de brindarse en cada canción y no dejó de agradecer cada vez que sus fans la aplaudían o le gritaban su amor. Bailó y cantó utilizando todo el escenario conquistándolo al igual que el público que se dejaba llevar por sus temas de amor y su tonada mexicana.
En la presentación de su último CD “Otra cosa” explicó cada pieza y cantó nueve de las doce canciones. “Amores platónicos” fue con la que abrió la noche, siguiéndoles el éxito “Bien o mal”, “Otra cosa”, “Duda”, “Despedida”, “Debajo de mi lengua”, “Ya conocerán”, “Original” y “Revolución”, un tema para salir adelante de “este mundo caótico por medio del amor”.
De los temas más pedidos y aplaudidos se escucharon “Limón y sal”, “Algo está cambiando”, “Lento”, “Me voy”, “Eres para mí”, “El presente”, “Como sé” y “Lo que me pidas”. Con algunos regalos como “La jaula de oro” que hace alusión a los “mojados mexicanos” que son los que cruzan la frontera para vivir en Estados Unidos y con fragmentos como “De qué me sirve el dinero / si estoy como prisionero dentro de esta gran nación”, escuchado con mucho respeto por todo el Orfeo.
Se despidió con el clásico “Sin documentos” de Andrés Calamaro y “Andar conmigo”, acompañada por Sol Pereyra, una cantante cordobesa que oficia desde hace algunos años de su coreuta.
Vale reconocer que Venegas impuso ya hace tiempo un estilo propio donde su voz y su acordeón siempre presente demuestran un virtuosismo particular de las cantantes hispanas más importantes de los últimos tiempos. Al final y luego de ver las caras de varios de los que habían ido y no la conocían del todo, los terminó enamorando a todos.

Juan José Coronell
Especial para EL DIARIO