“Avizorando el nuevo milenio nos planteamos como cuerpo docente de la Unidad Educativa de Jóvenes y Adultos de Villa Nueva, comenzar a revernos internamente como docentes dentro de la modalidad de adultos. Consideramos que para un cambio profundo debemos desprendernos de viejos modelos de enseñanza, para que en la práctica diaria la realidad no nos aísle de nuestros alumnos.”
Esto es parte de los fundamentos que explican la organización del Segundo Congreso de Jóvenes y Adultos en Villa Nueva, que se desarrollará mañana y el sábado en la Escuela Pablo Sexto, situada en calle Deán Funes 757.
Los organizadores buscan generar un espacio de reflexión y análisis para abordar la temática del rol docente, planteando interrogantes y eventuales respuestas “sobre el por qué, para qué, para quiénes y cómo educamos en el contexto educativo actual”, según se informó.
De acuerdo a lo señalado, la idea es “profundizar el conocimiento sobre la identidad y normativa de la Dirección de Jóvenes y Adultos, consensuar con otros docentes e instituciones horizontes conceptuales y procedimentales sobre las prácticas educativas en escuelas de jóvenes y adultos y potenciar el trabajo en equipo entre docentes para hacer una utilización positiva y significativa en la práctica docente”.

@ Crisis entre necesidades

Al hacer alusión a la búsqueda de que la realidad no aísle a los docentes de los alumnos, advirtieron que esta realidad “no es propia del ámbito educativo sino de la sociedad en su conjunto”. “En otras palabras, es la crisis del sistema socioeconómico en el que estamos insertos y que necesariamente se refleja en las aulas. Por lo tanto, la confrontación no es pedagógica, sino política”, recalcaron.
“Esta situación deja en manos de la sociedad, el diseño de la propia cultura, y como respuesta a ese desafío surgen iniciativas orientadas a la defensa, incentivación y protección de la cultura y una educación para todos.
Por todo esto, renovar nuestra práctica es una prioridad que nos demanda, como docentes, dar al educando una mejor calidad de educación y reconocer que las vinculaciones interpersonales con nuestros educandos es fundamental dentro de esta modalidad”, apuntaron.
Por eso, indicaron que el evento “tiene la firme tarea de poder ayudarnos a encontrar el equilibrio en la labor docente y optimizar los vínculos con los estudiantes”.
“Por ende, advertimos que para lograr estos fines debemos desnaturalizar nuestras prácticas como docentes (mitos, prejuicios, consideraciones sobre el alumnado, situaciones particulares socioeconómicas) teniendo en cuenta la aceptación de la crisis real entre las necesidades de los mismos alumnos y las nuestras”, recalcaron.

@ Nuevo rol y sentido

“Reconocemos que es preciso darle un nuevo rol y sentido a las escuelas de jóvenes y adultos, las cuales desde sus inicios son entidades que surgen como una última oportunidad para cumplimentar los estudios primarios y secundarios. Actualmente, nos encontramos ante la nueva dirección general de enseñanza de adultos que nos exige renovar nuestro compromiso y no olvidar que es necesario plantear la transformación de las condiciones en la cual se desarrolla la educación de jóvenes y adultos. La misma se encuentra en un entramado social complejo, donde la formación profesional es de vital importancia para una práctica efectiva y concreta”, expresaron.

@ La indagación

“No podemos ejercer la tarea educativa sin preguntarnos, como educadores, cuál es nuestra concepción de hombre y de mujer. Toda práctica implica esta indagación, es decir, qué pienso de mí mismo y de los otros. Esta reflexión tiene como finalidad marcar un antes y un después en nuestra práctica educativa, pues no podemos educar sin estar envueltos en la comprensión crítica de mi propia búsqueda y sin respetar la búsqueda de mis alumnos”, señalaron desde la organización.
“Todo educando como todo educador son indagadores inconclusos capaces, sin embargo, de captar y transmitir el sentido de la realidad. Concertar, planificar y deliberar en conjunto sobre todos los aspectos antes mencionados, nos habilita a tomar decisiones institucionales no individuales que lleven a repensar estrategias, contenidos y actividades a fin de poder seguir fortaleciendo la reflexión del quehacer diario como colectivo escolar, analizando cuáles son los saberes que necesitan los alumnos y compararlos con lo que la escuela está propiciando”, sostuvieron.