Con sigilo, los jóvenes integrantes del grupo folclórico La Tusca desenfundaron sus instrumentos en el cementerio de La Playosa. Y mientras el féretro con los restos de Vilma Perrachione era bajado hacia lo profundo, comenzaron a cantar la “Chacarera San Ignacio”.
La letra de la canción señala hacia el refugio de la militante de la vida, ubicado un poquito más allá de Las Mojarras, en medio del campo, para resaltar que allí, “con asadito o mate, la Vilma siempre te espera”.
El canto de la vocalista, la otra “Sole”, se iba manso con el airecito y trepaba los eucaliptos. El bombo apenas latía, como con respeto, y no había estridencia en el rasguido de las guitarras.
Los aplausos sobrevivieron, junto con las vivas y los gritos: “Hasta la victoria”.
La iglesia de la vecina población se había visto colmada durante el responso, y luego los presentes marcharon desde el templo, frente a la plaza, en caravana hacia el campo santo.
A la larga fila de vehículos que había llegado desde Villa María, se le agregó la de los playosenses que conocían y respetaban a Vilma desde los tiempos en los cuales acompañaba al médico de la localidad, el “Tuco” García Montaño, esposo suyo junto a quien ahora descansa.

El velatorio

Ya el velatorio, en Villa María, se había cerrado con la canción de Eladia Blazquez “Honrar la vida”. No la cantó Mercedes Sosa ni Marilina Ross ni... La interpretó a capella Mónica “la Negra” Mooney, otra referente de la militancia popular, que acompañó a Vilma hasta el final, junto a Valeria y otras y otros incondicionales.
Decenas de personas de las más diversas extracciones se renovaron de manera permanente durante el velatorio, en la sala de Mendoza y Mariano Moreno de esta ciudad. Hubo autoridades del Ejecutivo y el Legislativo, muchos dirigentes gremiales, candidatos a intendente, legisladores, cooperativistas y dirigentes de organismos de Derechos Humanos, además de los representantes de las entidades que integran la Asamblea Popular Todos por la Justicia, entre ellas la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Asociación Civil Verdad Real y Justicia para Todos.

Expresiones

A nuestra Redacción, de la cual Vilma formaba parte como colaboradora permanente de El Diario Rural, llegaron muchísimas muestras de afecto y condolencias.
El titular provincial de la CTA, Oscar Mengarelli, quien interrumpió un viaje por el norte provincial para llegar hasta esta ciudad, entregó una nota en la que se lee: “En nombre de la Central y como amigo de tantos años, lamento la muerte de Vilma, ser social, solidario, de gran generosidad, que en sus semejantes, amigos, compañeros depositaba la vida que se le fue... La recuerdo en su esplendor, regalando sonrisas... Nunca será olvido, Vilma Perrachione”.
También la CGT, con la firma de Eduardo Belloccio, expresó su pesar por “la irreparable pérdida de una militante social entregada a la lucha por la justicia”.
La docente Mónica Sonzini, por su parte, expresó que “la tristeza es un sentimiento necesario para establecer el equilibrio humano”.
“La muerte nos provoca esa desazón, pero todos/as vamos a ese destino final, sin embargo se te pega un sabor amargo cuando alguien como ‘la Vilma’ parte, aunque sea un hasta pronto. Se va una mujer de fuertes convicciones y carácter avasallador para convertir lo tibio en caliente. Se adelantó por testaruda, para organizar todo ella sola, para esperarnos en aquel sitio que vaya a saber cómo carajo es.”
(Mañana haremos lugar a otros pronunciamientos)