“Las manos de mi madre
llegan al patio desde
temprano.
Todo se vuelve fiesta
cuando ellas vuelan
junto a otros pájaros;
junto a los pájaros
que aman la vida
y la construyen
con el trabajo.”
Peteco Carabajal
Hay algo, Mami, que te queremos decir. Pocas veces en nuestra Redacción se juntan tantos escritos como los que llegan para tu día. Y, como nos ha pasado en otros años, no vamos a poder publicarlos a todos.
El primero en llegar esta vez, hace ya una semana, fue el del vecino Silverio Sarmiento, trabajador de la construcción, que nos trajo su tristeza en verso.
Porque todos los hijos
sufrimos cuando se va.
Quién pudiera besarla
quererla más, tenerla viva
cantarle con toda el alma
la humilde Zamba
para mamá
El segundo fue el escritor Mario Vaudagna con sus poemas Madre por siempre y Consejos de madre.
Después ya se acercaba la fecha y los escritos proliferaban. Si hasta los concejales de Villa Nueva nos hicieron llegar una carilla llena de versos para desear felicidades a las mamás en su día:
Madre es...
quien perdona
los tropiezos de sus hijos
y brinda la posibilidad
de pararse y volver
a caminar...
En fin, casi medio centenar de escritos para reconocer de una vez por todas que, en verdad, éramos nosotros los que nos comíamos ese pedazo de dulce de batata que siempre faltaba por las noches, los que entrábamos con los botines embarrados cuando volvíamos del campito, los que nos quedábamos con las veinte guitas del vuelto para los caramelos media hora, los que se hacían la chupina a la clase de catecismo y a los ensayos del acto de la primera comunión y por eso andábamos perdidos aquella vez por la iglesia, los que íbamos pateando la tierra en el guadal porque parecía más divertido que caminar nomás...
Ya era hora de confesarte que hubo besos que te dimos como un pedido de perdón al que no nos atrevimos.
Santiago. S.H. es otro lector, villamariense radicado en Misiones, que nos envió un mail para su madre. Viene en tono de disculpa y seguramente, varios se sentirán identificados.
Vieja: El otro día convencí a mis hijos para que dejaran de jugar, se lavaran las manos y la cara y me acompañaran al centro a comprarle un regalo a su mamá, a la que, está clarísimo que quieren mucho. Y me costó trabajo. Es que estaban tan ocupados, uno siendo por un rato Carlitos Tévez; el otro, Dragon Ball Z, que la verdad, tuvieron que hacer un gran esfuerzo para abandonar tan serias ocupaciones de pibe. "Yo le escribí una cartita, ya", me dijo uno de ellos. Pero allá fueron, obligados por mí, a comprar un regalo para su mamá.
Cuando volvíamos, pensé en cuántas veces yo mismo no fui a comprarte un regalo, porque estaba ocupado, jugando a ser, vaya a saber... El Caballero Rojo, tal vez o el cowboy que en ese momento imponía su tipo en la pantalla grande. Bueno, perdoname por todas esas veces, pero de verdad, cuando era chico estaba realmente muy ocupado. Hoy, en tu día, que todavía puedo, aprovecho para decirte cuánto te quiero. Feliz día, mamá, Un beso y un abrazo a la distancia. (Espero que hayas recibido el regalo que te envié)
Santiago
Otro lector escribió: Saber que estás ahí hace la vida más dulce, porque es como sentir que nunca estaré desamparada mientras vos sigas mis pasos, como cuando éramos chicos. Alejandra
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