La versión teatral de la novela “La Polaca” consternó a alumnos secundarios de la ciudad, según indicaron la actriz protagónica y la asistente de la misma, ayer en la Sociedad Rural de Villa María, donde se llevó a cabo la segunda y última jornada del segundo Congreso Nacional del Interior del País contra la Trata y la Explotación de Personas.
El evento, organizado por Vínculos en Red, de Villa María; Acción Educativa, de Santa Fe y la Región Centro Argentina, concluyó anoche con un documento que será publicado mañana por EL DIARIO. Fue multitudinario, con cerca de mil asistentes.

Ante alumnos

En el marco del programa de este Congreso, se presentó “La Polaca” en la Iglesia Cristiana Evangélica de calle General Paz al 200, dirigida a alumnos de sexto año de escuelas secundarias de la ciudad.
La misma fue protagonizada por Mariel Rosciano, quien junto a su hermana Emilia (asistente) conversó con este matutino tras las presentaciones de esta obra que exhibió instantáneas de la breve vida de una inmigrante polaca prostituida hasta 1929, quien llevó a juicio a 108 proxenetas de la Zwi Migdal, y su réplica en millones de víctimas de trata en el Siglo XXI.
La obra de Myrtha Schalom originó un debate con los alumnos luego de las funciones. “Esta problemática de los años 30 continúa igual”, resaltó Mariel.
“Los chicos no se iban. Primero no preguntaban, después fueron entrando en clima y comenzaron a hacerse interrogantes y a contar experiencias”, señaló.
Indicó que “las docentes nos comentaron que a muchos la problemática los toca de cerca, porque alguien de sus entornos se prostituye”.
Las entrevistadas revelaron que a los adolescentes “les pareció schockeante lo que se mostró, lo vieron desde otro lado”.
“Los chicos contaban que había compañeros que iban a los prostíbulos porque estaba naturalizado y que, a partir de la obra, eso cambiaría”, subrayaron.
“Los movilizó. No se iban, les interesaba la charla. A muchos les despertó las ganas de luchar, de concientizar. Se preguntaban por qué la Policía clausura prostíbulos que ellos mismos ven que luego, a los días, están nuevamente abiertos”, manifestaron.
“Uno nos decía: no son clientes, es un sometimiento”, agregaron.
La actriz y su hermana, consultadas sobre la batalla ideológica entre quienes dicen que prostituirse es un trabajo elegido y quienes afirman que las condiciones de vida llevan a esto, coincidieron en señalar que “es muy difícil hablar de elección cuando hay falta de autoestima, miseria; es muy difícil pensar que una mujer quiera ser penetrada cinco veces al día”. “En la esquina de mi casa hay quienes lo hacen y me cuentan que lo eligen, pero también me admiten que una semana al mes desaparecen porque no se bancan el ritmo, esta actividad”, revelaron.
Ambas aclararon que “no estamos juzgándolas”.