Hace pocos meses atrás, Héctor Bersano, subdirector de Seguridad Ciudadana, dijo que el GPU que había sido creado en el ámbito municipal no había dado los resultados previstos, por lo que resolvieron no renovar el contrato de las 10 empleadas que se desempeñaban en el lugar.
A raíz de esta decisión, los lectores hicieron llegar quejas a EL DIARIO porque especialmente en algunas escuelas, como el jardín de infantes Antonio Sobral, no había control en el acceso, lo que generaba dificultades y riesgos.
También una lectora escribió una carta en la que agradece especialmente a una de las integrantes del GPU porque intervino oportunamente ante un accidente haciendo que salvara su vida.
Probablemente por esa razón, decidieron comenzar a reincorporar a las chicas que habían sido “licenciadas”, según el término que utilizó el funcionario municipal.
“Hasta el momento, hemos vuelto a contratar a cinco chicas del GPU, pero incorporadas a la Dirección de Convivencia Urbana y Tránsito”, explicó Bersano.
No descartan que puedan seguir sumando.
Las chicas no forman ahora parte de un servicio especial, sino que están trabajando con el resto de los inspectores.

Contratos
polémicos

En el momento de dejar sin trabajo a las 10 chicas, la mayoría buscó asesoramiento letrado en el gremio o bien en la CTA.
En esa oportunidad, se renovó el reclamo de los facturantes y contratados, figura utilizada por el municipio para más de la mitad del personal y que es considerada por la mayoría de los abogados como un “encubrimiento de la verdadera relación laboral que existe”, según afirmó Cecilia Pérez Correa, asesora de varios trabajadores que dejaron cesantes por no renovar sus contratos.